Urnas trucadas en Guinea
Las elecciones presidenciales que se celebran hoy en Guinea Ecuatorial han sido convocadas en abierta violaci¨®n de la legalidad guineana, seg¨²n la cual no hubieran podido tener lugar antes del mes de febrero pr¨®ximo. El adelanto no es inocente: Teodoro Obiang y su Gobierno han querido coger por sorpresa a una oposici¨®n democr¨¢tica que carece de medios y de libertad para transmitir sus propuestas y mensajes. Y tambi¨¦n a la comunidad internacional, cuya preocupaci¨®n por la situaci¨®n pol¨ªtica interna ha aumentado despu¨¦s del macrojuicio del cine Marfil contra un heterog¨¦neo grupo de opositores, acusados de connivencia para organizar un supuesto golpe de Estado.
Malabo ha hecho o¨ªdos sordos a las denuncias de los candidatos de la oposici¨®n sobre las condiciones en que se ven obligados a hacer campa?a: desde impedimentos a su libre circulaci¨®n hasta intentos de sabotaje de actos electorales. Junto a ello, los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n han redoblado las informaciones favorables al r¨¦gimen, limitando la aparici¨®n de la oposici¨®n a exiguos espacios semanales. A ello hay que sumar la beligerante labor de la ¨²nica radio privada, propiedad de un familiar directo del presidente. Ni la Uni¨®n Europea ni los partidos espa?oles han tenido ocasi¨®n, precisamente por el adelanto de la convocatoria, de enviar observadores.
El r¨¦gimen est¨¢ convencido de que la convocatoria por sorpresa limitar¨¢ las denuncias de la comunidad internacional, que una vez m¨¢s se resignar¨¢ ante las situaciones de hecho, presentadas por Obiang como pasos hacia una transici¨®n democr¨¢tica. Ocurre, sin embargo, que si algo ha quedado claro en estos d¨ªas es que en Guinea Ecuatorial existe una oposici¨®n con arraigo entre la poblaci¨®n. Y mientras el l¨ªder de esa oposici¨®n, Pl¨¢cido Mic¨®, siga encarcelado en virtud de la farsa del cine Marfil, planear¨¢ una sombra que Obiang no podr¨¢ disipar sobre los resultados de ¨¦stas o de cualesquiera otras elecciones. En lugar de persistir en una in¨²til actitud de apaciguamiento, el Gobierno espa?ol har¨ªa bien en record¨¢rselo.
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