La danza contra el desamparo
V¨ªctor Ullate recorre centros de acogida en busca de futuros bailarines
Tienen entre ocho y 12 a?os y ya se han enfrentado a situaciones familiares realmente dif¨ªciles. Viven en centros de acogida y sus perspectivas de futuro, en principio, no parecen nada claras. Un d¨ªa, el core¨®grafo V¨ªctor Ullate apareci¨® por sus casas para hacerles una prueba de danza. "Quer¨ªa darles una oportunidad m¨¢s para que fuesen algo en la vida", dice el bailar¨ªn. El objetivo es que tengan un "aliciente, una ilusi¨®n" por las clases de danza como la que ¨¦l tuvo. "Y si consigo que bailen como dioses, mejor todav¨ªa", afirma.
Ullate, director de la compa?¨ªa y de la escuela de danza que lleva su nombre, ha recorrido muchos hogares de acogida de la Comunidad de Madrid, aunque dice que su intenci¨®n es ir a todos los de Espa?a. Quer¨ªa dar con ni?os que tuviesen un m¨ªnimo de posibilidades para bailar. A los chavales les explic¨® primero qu¨¦ significaba la danza y despu¨¦s les hizo pruebas de elasticidad y de coordinaci¨®n. Tambi¨¦n comprob¨® "si los pies les dan de s¨ª" y, sobre todo, si eran espont¨¢neos. "Los chicos me ense?aron lo que sab¨ªan hacer. Algunos s¨®lo daban volteretas de campana y otros hac¨ªan el pino puente. Pero lo que me interesaba es que tuviesen energ¨ªa, ganas. Porque uno no baila con los pies, sino con la cabeza", asegura.
El pr¨®ximo reto es conseguir que estos chicos vivan todos juntos en una residencia
La idea de acudir a centros de acogida en busca de estos ni?os se le ocurri¨® el a?o pasado en una ambulancia. Ullate acababa de sufrir dos infartos y un enfermero se afanaba para que se resistiese al achaque: "Se?or Ullate, usted tiene muchas cosas que hacer todav¨ªa. No se duerma". En ese momento, el bailar¨ªn lament¨® no haber puesto en marcha este proyecto que desde hac¨ªa tiempo le rondaba la cabeza. Cuando se recuper¨®, lo primero que hizo al llegar a su escuela de danza fue decir a sus ayudantes que se pusieran "ya mismo" a contactar con quien fuese para poder acudir a centros de acogida y hacer pruebas a los chicos. El proyecto lo ha bautizado Primeros Pasos.
Ullate exige a estos ni?os lo mismo que al resto de sus alumnos. "Si les doy clase es para que progresen. El talento se ve enseguida, lo que nunca sabes es lo que va a dar de s¨ª. El artista nace y se hace. De nada sirve nacer con un don si nadie te ense?a".
El pr¨®ximo reto es conseguir que estos chicos vivan todos juntos en una residencia cerca de la escuela de danza. Porque Ullate asegura que estos ni?os necesitan llevar un tipo de vida m¨¢s ordenada, con m¨¢s horas de descanso y m¨¢s tiempo para dedicar a esta actividad. "Se trata de una carrera muy larga que exige una dedicaci¨®n y una concentraci¨®n absoluta".
La carrera de baile dura siete a?os y lo normal es que los ni?os empiecen a los ocho. "Para bailar se requiere un completo dominio del cuerpo. Siempre se ha considerado que el bailar¨ªn es el t¨ªpico ni?o de revista o de televisi¨®n, pero un bailar¨ªn cl¨¢sico tiene poco que ver con eso", dice.
Los alumnos de Ullate que viven en centros de acogida no hab¨ªan o¨ªdo hablar de ballet en su vida. Y aun as¨ª, aunque llevan s¨®lo tres meses acudiendo a clases de danza, m¨¢s de uno asegura que en el futuro le gustar¨ªa subirse al escenario de un gran teatro para bailar. Como David. Tiene 10 a?os y, mientras se abre de piernas, explica que ya ha pensado m¨¢s de una vez que de mayor le gustar¨ªa ser bailar¨ªn profesional. Su compa?ero Sami, de siete a?os, no lo tiene tan claro. Por ahora, dice, le gusta hacer estiramientos y el arab¨¦s.
"La danza puede salvarles como me ha salvado a m¨ª tantas veces en momentos tristes de mi vida", explica Ullate. Y se?ala que m¨¢s que un profesor duro es un profesor exigente. "No me gusta el todo a cien. Me gusta la calidad. Porque al final, el mayor beneficiario de un buen resultado va a ser el propio alumno". Los hechos lo demuestran. Bailarines de la talla de Tamara Rojo, Carlos L¨®pez, Luc¨ªa Lacarra o ?ngel Corella han salido de su escuela.
Cuenta que le gusta ser profesor de danza porque es una forma de transmitir lo que lleva dentro, de ense?ar su forma de expresi¨®n: "Es como esculpir un cuerpo, le doy vida. Consigo que amen lo que yo amo".
Aun as¨ª, Ullate se queja de que en Espa?a existe un "analfabetismo impresionante" en cuanto al baile. Pero ¨¦l est¨¢ decidido a que la danza se convierta en "deporte nacional". Por eso afirma: "Voy a conseguir que en Espa?a haya bailarines por un tubo".
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