Schr?der ofrece una amnist¨ªa fiscal a los alemanes que repatr¨ªen sus ahorros
El Gobierno alem¨¢n instaurar¨¢ un tipo ¨²nico del 25% en los beneficios del capital
Gerhard Schr?der ofreci¨® ayer un gran pacto a los miles de alemanes que ocultan su dinero a Hacienda mediante cuentas en Suiza o Luxemburgo: volver a Alemania sin riesgo de ser perseguidos penalmente, a cambio de que entreguen un 25% del capital que se llevaron. Con esta amnist¨ªa fiscal, el canciller conf¨ªa en repatriar 100.000 millones de euros, que contribuir¨ªan a estimular la inversi¨®n y el crecimiento en el pa¨ªs, as¨ª como a aliviar la grave crisis financiera del Estado. La medida forma parte del plan, que plantea adem¨¢s la instauraci¨®n de un tipo fijo del 25% para fiscalidad sobre el ahorro.
Los alemanes disponen entre 350.000 y 400.000 millones de euros de dinero negro en cuentas en el extranjero, seg¨²n calcula la banca nacional. Una sangr¨ªa de capital estimulada en los ¨²ltimos a?os por la creciente facilidad para mover grandes cantidades de dinero a trav¨¦s de las fronteras, y los elevados impuestos que se pagan en Alemania. "Lo que queremos es ofrecer a aquellos que no pagaron impuestos, que no fueron honestos con Hacienda, la posibilidad de que traigan de nuevo ese dinero negro a Alemania", dijo ayer Schr?der durante la presentaci¨®n de la nueva iniciativa.
Forzado por la crisis econ¨®mica que azota el pa¨ªs y por el malestar social que ha causado la bater¨ªa de aumentos de impuestos decretados en las ¨²ltimas semanas, el canciller ha decidido que, pol¨ªticamente, resulta imposible seguir aumentando la presi¨®n fiscal. Su ¨²nica salvaci¨®n consiste en que vuelvan al pa¨ªs las ingentes cantidades de dinero que han huido en los ¨²ltimos a?os. Para ello, ha estado preparando en los ¨²ltimos d¨ªas, junto con el ministro de Finanzas, Hans Eichel, los detalles del plan presentado ayer.
La oferta es buena, seg¨²n coinciden el Gobierno, la oposici¨®n y el sector financiero. Aquellos que repatr¨ªen su dinero el a?o que viene podr¨¢n hacerlo a cambio de entregar a Hacienda un 25%. Si lo hacen en los seis meses siguientes, tendr¨¢n que pagar un 35%. Sin m¨¢s preguntas. Despu¨¦s de ese plazo, se acaba la amnist¨ªa, y vuelve a regir la legislaci¨®n actual, que prev¨¦ el decomiso de hasta el 80% del dinero ocultado al fisco y, a partir de una cierta cantidad, hacer frente a eventuales consecuencias penales.
Un 25% sobre los 100.000 millones de euros que el Gobierno conf¨ªa en que vuelvan a Alemania arroja unos ingresos adicionales para la Hacienda p¨²blica de 25.000 millones para el a?o que viene, lo que solucionar¨ªa de un solo golpe los problemas presupuestarios de Schr?der y de Eichel. Adem¨¢s de la crisis interna, ambos est¨¢n muy presionados por Bruselas porque el d¨¦ficit alem¨¢n rondar¨¢ este a?o el 3,8%, muy por encima del 3% que prescribe el Pacto de Estabilidad.
El punto clave consiste en saber cu¨¢ntos inversores decidir¨¢n acogerse al plan. "El terror psicol¨®gico que desde hace a?os ejercen los pol¨ªticos alemanes sobre los inversores es tan fuerte que ya hace tiempo que decidieron marcharse", seg¨²n declar¨® a la agencia Dpa Lucien Thiel, presidente de la patronal bancaria de Luxemburgo, ABBL. Luxemburgo y Suiza son los pa¨ªses preferidos por los alemanes para ocultar su dinero. Thiel no cree que la situaci¨®n vaya a cambiar mucho.
Rebajas sobre el capital
La oferta del Gobierno alem¨¢n va acompa?ada con la instauraci¨®n de un tipo ¨²nico en la fiscalidad sobre el ahorro, con lo que hace atractiva la vuelta del dinero negro. La propuesta es fijar el impuesto sobre los beneficios generados por el capital al 25% (en Espa?a est¨¢ en el 18% y se bajar¨¢ al 15%). Hasta ahora, los beneficios generados por cuentas bancarias, inversiones a plazo y otros instrumentos financieros cotizaban al tipo general de la renta, que para los m¨¢s pudientes llega hasta el 48,5%.
Aquellos contribuyentes cuyo tipo general del IRPF est¨¢ por debajo del 25%, normalmente las capas m¨¢s modestas de la poblaci¨®n, se ven perjudicados por la reforma anunciada por Schr?der, una contradicci¨®n que el Gobierno federal no pudo explicar ayer, y que ha causado cierto malestar. "Es cierto que la reforma no es justa", seg¨²n Wolfgang Gerke, experto en impuestos de la Universidad de N¨²remberg. "Pero la justicia s¨®lo sobre el papel no sirve para nada, si los ricos se llevan el dinero al extranjero".
Eichel se justific¨® por la premura con la que se ha dise?ado toda la operaci¨®n. "Las grandes l¨ªneas est¨¢n claras, pero hace falta todav¨ªa regular muchos detalles", dijo el ministro, que tiene previsto presentar la nueva ley en enero.
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