Norma sin complejos
Norma es la catedral del bel canto. Un desaf¨ªo ¨²nico en la carrera de una soprano, un combate cuerpo a cuerpo contra dos poderosos enemigos: la grandeza del personaje m¨¢s emblem¨¢tico del universo rom¨¢ntico de Vincenzo Bellini y la huella que han dejado en la memoria mel¨®mana sus m¨¢s geniales int¨¦rpretes. Ana Mar¨ªa S¨¢nchez afront¨® el reto supremo en el Liceo en un combate contra el peso de la historia del que sali¨® victoriosa por la inteligencia de su canto y la belleza de su voz. No fue un paseo triunfal -no puede serlo a¨²n; es la segunda vez que interpreta la obra-, pero demostr¨® que llega a Norma tras una intensa preparaci¨®n musical y que acabar¨¢ haciendo completamente suyo el personaje. Tiene el talento y las agallas para conseguirlo. S¨®lo es cuesti¨®n de tiempo.
Norma
De Vincenzo Bellini. Libreto de Felice Romani. Int¨¦rpretes principales: Ana Mar¨ªa S¨¢nchez, Dolora Zajick, Dennis O'Neill, Roberto Scandiuzzi, Sandra Pastrana, Vicen? Esteve Madrid. Coro y Orquesta del Liceo. Director musical: Daniele Callegari. Director de escena: Francisco Negr¨ªn. Escenograf¨ªa: Anthony Baker. Vestuario: Jonathan Morrell. Iluminaci¨®n: Wolfgang G?bbel. Coproducci¨®n del Teatro del Liceo y la ?pera de Ginebra. Teatro del Liceo. Barcelona, 16 de diciembre.
En el Liceo se palpaba el ambiente de las grandes noches. Morbo y expectaci¨®n a partes iguales. En la mente de los aficionados, con toda su gloria, el pasado que nunca volver¨¢: Montserrat Caball¨¦, Joan Sutherland y, c¨®mo no, Maria Callas, que nunca cant¨® Norma en el Liceo, pero dej¨® tal huella a trav¨¦s de sus m¨²ltiples grabaciones, que sigue persiguiendo con su alargada sombra a todas las sopranos que se atreven con la hero¨ªna belliniana. En el escenario, una reci¨¦n llegada al club de Norma dispuesta a ahuyentar a los fantasmas ofreciendo sin complejos su propia interpretaci¨®n de esa vestal transmutada en sacedortisa gala, hermana menor de Medea y mucho m¨¢s humana a la hora de afrontar su destino tr¨¢gico.
Fuerza y ternura
Hay fuerza y ternura en el canto de Ana Mar¨ªa S¨¢nchez: incluso cuando parece a punto de desfallecer y se refugia en el lirismo, sale adelante. Acomete con prudencia el canto de agilidad, que no es su mejor terreno (dichosa cabaletta tras la m¨¢gica Casta Diva) y lidia con un registro agudo que no le permite lanzar cohetes. Pero acaba imponiendo su extraordinaria sensibilidad con un canto de terciopelo puro y una paleta vocal ajustada a los diferentes estados de ¨¢nimo de un personaje que no da tregua a su int¨¦rprete. Norma va creciendo en su voz y consigue emocionar en un conmovedor retrato que alcanza su mayor grandeza en el segundo acto.
Valiente en los agudos, aunque de torpe movimiento esc¨¦nico, el Pollione del veterano Dennis O'Neill; vibrante la Adalgisa de Dolora Zajick, que domestica su poderosa voz para adaptarla al estilo, y notable el Oroveso de Roberto Scandiuzzi, cantado con elegancia y un punto de fiereza guerrera impuesto por la concepci¨®n esc¨¦nica y por la compulsiva direcci¨®n musical de Danielle Callegari, una batuta con perniciosa tendencia a los tempi desbocados que acaba poniendo en innecesarios apuros a solistas y coro.
Visto el montaje de Francisco Negrin en el Liceo, no puede hablarse de simple reposici¨®n: hace tres a?os, en el Teatro Vict¨°ria de Barcelona, cuando el Liceo ultimaba todav¨ªa su reconstrucci¨®n, s¨®lo se pudo ver un apa?o esc¨¦nico por las carencias t¨¦cnicas del escenario. Ha mejorado en todos los sentidos: el vestuario es m¨¢s acertado y la iluminaci¨®n brinda hermosa atm¨®sfera. Adem¨¢s, el uso de una plataforma elevadora permite un movimiento de masas m¨¢s eficaz. La dramaturgia insiste en el clima de guerra, en la fuerza dram¨¢tica de dos pueblos en conflicto. Conmueve la fe de Negr¨ªn al tomarse muy en serio una historia de druidas y romanos que apenas interesa, porque en este repertorio la verdadera fiesta est¨¢ en las voces. As¨ª es el bel canto, y bendito sea por ello.
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