El Madrid cae en picado

Capaz de encadenar momentos brillantes con otros esperp¨¦nticos, el Madrid vivi¨® ayer un suplicio, otro m¨¢s, en Bolonia, de donde sali¨® escaldado despu¨¦s de rozar el rid¨ªculo durante muchos minutos. Su verdugo, el en¨¦simo en la temporada, fue el Virtus, un equipo decente, sin duda, pero poco m¨¢s. Y ese poco m¨¢s lo pone Rigaudeau, que todav¨ªa es capaz de inventarse actuaciones como la de anoche.

Se supone que sabe, no est¨¢ muy claro si siempre quiere y se sabe con certeza que no puede. As¨ª le va al Madrid, que est¨¢ para sopitas y que es capaz de perpetrar horrores como el vivido en Bolonia durante el segundo cuarto, en el que se empe?¨® en dejarse zarandear, y zarandeado fue, con aquel sonrojante parcial (26-4) que le abri¨® las puertas del infierno.

Tem¨ªa Imbroda el juego interior de los italianos y reforz¨® la defensa bajo el aro. Un rato le dur¨® la alegr¨ªa, lo que tardaron Rigaudeau y Dial en acribillarle desde el exterior. Ech¨® de menos ayer al Madrid a muchos jugadores. Reyes, Herreros, Alston, Sonseca... Estuvieron, pero como si no. Tras amenazar con ruina en el descanso (48-32), se vino arriba moment¨¢nemante, agarrado a la mu?eca de Digbeu -autor de cinco triples-, y lleg¨® a acercarse a siete puntos (63-56). Pero aquello fue engordar para morir, como corresponde a un equipo que comienza a tener cara, y baloncesto, de funeral.