Cortina de fuel

El Partido Popular tiene una larga lista donde escoger si piensa pedir dimisiones por la pesadilla del Prestige: el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que se fue de caza cuando le tocaba ponerse al frente de la crisis; el ministro de Fomento, ?lvarez-Cascos, que se ha dedicado a la pr¨¢ctica del esqu¨ª y de la caza luego de tomar la catastr¨®fica decisi¨®n de desviar el buque mar adentro; el de Medio Ambiente, Jaume Matas, ocupado en su campa?a electoral en Mallorca y en su asueto en Do?ana, y un largo etc¨¦tera, en el que est¨¢n los responsables de que la protecci¨®n civil no actuara, de que el Ej¨¦rcito no se desplegara y, finalmente, de que el Ejecutivo no gobernara ni asumiera la coordinaci¨®n de la limpieza y de la protecci¨®n. Mientras la costa gallega nos env¨ªa im¨¢genes m¨¢s propias de una plaga b¨ªblica, al partido que gobierna (??) este pa¨ªs s¨®lo se le ocurre montar una charanga en el Parlamento al grito de "dimita, se?or Caldera".

El portavoz socialista cometi¨® una chapuza al esgrimir unos documentos amputados sobre el rumbo que tom¨® el barco hasta su hundimiento. Pudo incluso manipular esos papeles para acorralar al Gobierno. Pero, en el peor de los casos, esta acusaci¨®n no pasa de ser una an¨¦cdota censurable en una larga secuencia de ocultaciones, tergiversaciones y mentiras de fondo que ha acumulado el Gobierno, dentro y fuera del Parlamento, para eludir sus responsabilidades en torno a "la mayor cat¨¢strofe ecol¨®gica de la historia de Espa?a". Una cosa es que no se pueda acusar al Gobierno de la v¨ªa de crudo abierta el 13 de noviembre en el Prestige, pero otra distinta es que no deba responder ante los ciudadanos de los montones de desastres que se han acumulado desde entonces hasta hoy mismo.

En su intento de desviar la atenci¨®n, el PP pretende convertir al diputado Caldera en el responsable de la marea negra que cada d¨ªa se espesa en la costa gallega. Para conseguirlo, no ha dudado en invertir el car¨¢cter del Parlamento, hasta convertir la sesi¨®n de control al Gobierno en sesi¨®n de control a la oposici¨®n. Su grupo parlamentario ha organizado una bronca propia de hooligans en d¨ªa de derrota y se ha ausentado del hemiciclo cada vez que tomaba la palabra el diputado socialista. La dignidad y la funci¨®n del Congreso como ¨®rgano de control han quedado gravemente da?adas por un Gobierno que definitivamente se resiste a rendir cuentas de sus actos a los representantes de la soberan¨ªa popular.

Ha pasado m¨¢s de un mes desde el accidente del Prestige. Los marineros de dos localidades est¨¢n en huelga de hambre en protesta por la falta de medios para combatir la marea negra. El chapapote que llega a la Costa da Morte es m¨¢s espeso y amenazante que nunca. Y al Ejecutivo s¨®lo se le ocurre pedir la dimisi¨®n de Caldera. ?Tanto es lo que tiene que ocultar? En una ¨²nica cosa tiene raz¨®n el PP, y es en que alguien debe dimitir por el desastre de Galicia. Para esclarecer las responsabilidades pol¨ªticas por todo lo ocurrido es imprescindible que el Pleno del Congreso dedique una sesi¨®n monogr¨¢fica a analizar esta crisis y que salga de ella una comisi¨®n de investigaci¨®n que elucide todas las responsabilidades.