'Promises' da voz a siete ni?os palestinos e israel¨ªes

B Z. Goldberg es un periodista jud¨ªo nacido en Boston (Estados Unidos), pero criado en Israel. Tras cubrir en 1987 la primera Intifada como reportero de televisi¨®n se dio cuenta de que la informaci¨®n puntual de los sucesos no le permit¨ªa ahondar en el conflicto que enfrenta a su pueblo con Palestina y se ve¨ªa obligado a simplificar. En ese momento, empez¨® a planear Promises. Pasaron 10 a?os, sin embargo, hasta que pudo empezar a rodar el documental, lo que logr¨® tras implicar en ¨¦l a dos de sus colegas, la californiana Justine Shapiro y el mexicano Carlos Bolado, y reunir suficiente dinero para emprender una producci¨®n independiente.

El resultado es un retrato cautivador de siete ni?os- cuatro jud¨ªos y tres ¨¢rabes, de entre 9 y 13 a?os-, que est¨¢n creciendo en medio de la destrucci¨®n. Promises -que fue candidato a los Oscar el a?o pasado y se estrena hoy en las pantallas espa?olas- da voz a estos cr¨ªos y recoge sus l¨²cidas reflexiones a prop¨®sito de la guerra que mantienen con sus vecinos. "Los ni?os son buenos detectores de basura y dicen la verdad", apunta Goldberg para justificar la opci¨®n de mostrar el horror a trav¨¦s de la mirada infantil.

Goldberg y Bolado, que han estado estos d¨ªas en Espa?a presentando su pel¨ªcula, explican que el proceso de selecci¨®n de los testimonios fue largo y complejo, porque quer¨ªan que el conjunto de los ni?os constituyera un rico collage de la idiosincrasia de ambas naciones y porque pretend¨ªan huir de los t¨®picos. Adem¨¢s, cuentan los cineastas, buscaban peque?os que se explicaran bien ante la c¨¢mara y cuya historia personal fuera interesante, como la de Sanabel, hija de un periodista militante pol¨ªtico del Movimiento de Liberaci¨®n de Palestina, preso en una c¨¢rcel de Israel. "Nuestra idea era que el documental tuviera la fuerza de una pieza de ficci¨®n, por este motivo necesit¨¢bamos ni?os con historias muy potentes", puntualiza Goldberg. Los otros ni?os que participan en Promises son: los mellizos Yarko y Daniel, israel¨ªes de familia de izquierdas y liberal; Shlomo, de padres jud¨ªos ultraortodoxos; Moishe, hijo de colonos israel¨ªes de extrema derecha, y Faraj, que vive en un campo de refugiados palestinos.

Los directores, que insisten en que en el filme no han querido "hablar tanto de pol¨ªtica, como de seres humanos" cuentan que en la actualidad les hubiera resultado imposible filmar Promises -cuyo rodaje acab¨® en el a?o 2000-, por la situaci¨®n de crispaci¨®n creada en Oriente Pr¨®ximo tras la llegada de Ariel Sharon a la jefatura del Gobierno de Israel. "Mi presencia en Palestina es ilegal por mi condici¨®n de israelita", explica Goldberg.

El documental tiene su punto ¨¢lgido cuando Goldberg logra reunir en el campo de refugiados palestinos de Deheishe a los mellizos jud¨ªos con Faraj, Selena y otros amiguitos suyos, entre ellos un ni?o cuyo hermano peque?o fue asesinado por el Ej¨¦rcito israel¨ª. Es un mensaje de esperanza que se trunca cuando Promises retoma el hilo de la narraci¨®n dos a?os despu¨¦s y el espectador comprueba que la incipiente y conmovedora relaci¨®n entre los ni?os jud¨ªos y los ¨¢rabes se qued¨® en nada.