Santos inocentes
Cuando llegan estas fechas siempre me acuerdo de los Santos Inocentes, de Miguel Delibes y el enternecedor Rabal con la milana; la milana bonita. Hay pol¨ªticos en este pa¨ªs que quieren seguir tomando el pelo a los ciudadanos, como si fu¨¦ramos tontos y nos chup¨¢ramos los dedos. Se olvidan algunos pol¨ªticos que el pueblo, contra lo que se cree, tiene memoria. Inocentes, lo que se dice inocentes ya quedan pocos, ni siquiera en el limbo. Estamos asistiendo a la ceremonia de la confusi¨®n. Pol¨ªticos que mienten m¨¢s que hablan. Pol¨ªticos que prometen, se comprometen y a las pocos d¨ªas, por no decir horas, se olvidan de la palabra dada. El peor enemigo de un pol¨ªtico es su lengua, sobre todo si se tiene demasiada suelta, genera incontenible demagogia como si fuera saliva y es propensa, como dir¨ªa Quevedo, al insulto o, lo que es peor, a hacer promesas que no se cumplen. El lenguaraz ha de enfrentarse a hemerotecas, fonotecas y videotecas. En este ¨²ltimo caso incluso se puede ver al cara de quien promete, sin poder prometer; quien mira de soslayo, huyendo de la c¨¢mara, porque miente m¨¢s que un cosaco (?bellaco? Hay s¨ªntomas claros: se mesa el pelo y la frente o aparta el rebelde mech¨®n queriendo decir, "aparta de m¨ª este c¨¢liz". Mentir en esta sociedad llega ya a ser un arte. Lo vemos ahora, a uno y otro lado, en el negro chapapote que ennegrece conciencias y responsabilidades, mientras que el pueblo gallego sufre y observa a los pol¨ªticos m¨¢s preocupados por salvar sus muebles electorales. Asistimos a la ceremonia de la confusi¨®n y siento como se me retuercen las tripas cuando recuerdo fotograf¨ªas en las que dos pol¨ªticos se dan la mano y a los pocos d¨ªas, por no decir horas, aquel apret¨®n de manos carece de significado.
No tendremos pol¨ªticas activas de empleo pese a la palabra dada en el tiempo previsto; no llegar¨¢ el dinero a los andaluces en el tiempo previsto, no se cerrar¨¢n las transferencias que quedan en los plazos negociados y si baj¨¢ramos a cuestiones menores ser¨ªa necesaria toda una enciclopedia para compendiar tantos incumplimientos. Ma?ana, Santos Inocentes; pero de inocentes, nada de nada.
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