Madrid durante la guerra civil
Las bicicletas son para el verano, estrenada en 1982, marc¨® un hito en la historia teatral espa?ola reciente por el modo verista y profundo en que Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, su autor, aborda los efectos de la guerra de 1936 en la vida cotidiana de la poblaci¨®n civil. Veinte a?os despu¨¦s, la compa?¨ªa Teatro de la Danza vuelve a poner en escena esta obra que pocos vieron, pues fue retirada en pleno ¨¦xito debido a los compromisos de programaci¨®n del Teatro Espa?ol y a que en Madrid no hay inter¨¦s por reprogramar en teatros privados las producciones de car¨¢cter p¨²blico que lo merezcan.
Los ensayos de este nuevo montaje de Las bicicletas son para el verano se desarrollan en una sala de cien metros cuadrados, bajo el escenario del Auditorio Ciudad de Alcobendas, del que Teatro de la Danza es compa?¨ªa residente. "Es una obra magn¨ªfica, muy bien construida", explica Luis Olmos, su director. "En ning¨²n momento cae en lo propagand¨ªstico, pues toma partido por los perdedores de ambos bandos. Me parece que, para dibujarla, Fern¨¢n-G¨®mez debe haberse basado mucho en sus recuerdos. Y, sin embargo, es universal, y muy actual. Cuando escucho las noticias sobre Venezuela, pienso que all¨ª est¨¢ a punto de suceder algo as¨ª. Para que no se repita, la historia no debe olvidarse".
Las bicicletas son para el verano no cae en lo propagand¨ªstico, pues toma partido por los perdedores de ambos bandos
Una de las dificultades de es-
ta pieza coral estriba en que requiere un reparto muy amplio. En el que ha reunido Luis Olmos figuran Gerardo Malla, Gloria Mu?oz, Enriqueta Carballeira, Charo Soriano, Susana Hern¨¢ndez, Pedro de las Heras y, entre los m¨¢s j¨®venes, Luc¨ªa Quintana, Juli¨¢n Gonz¨¢lez y David Lorente. "Hemos tenido suerte. Despu¨¦s de mucho buscar, conseguimos 15 actores capaces de trabajar en el mismo registro. Algunos, incluso, han renunciado a series de televisi¨®n, siempre mejor pagadas, porque conf¨ªan en que ¨¦ste puede ser un buen proyecto dentro de su carrera". Los ensayos comenzaron en septiembre. "Nos reunimos diez d¨ªas para profundizar en el estudio de los personajes. Despu¨¦s, tuve que parar para ensayar La bruja, una zarzuela de Ruperto Chap¨ª, y ahora llevamos un mes haciendo el trabajo emocionalmente m¨¢s comprometido. El 6 de enero montamos la escenograf¨ªa, el 18 preestrenamos en Alcobendas y el 22 estrenamos en Sevilla".
Entre lo que m¨¢s gusta a Luis Olmos de Las bicicletas son para el verano est¨¢ la figura de Don Luis, su protagonista: "Es un padre de familia que sintetiza todas las contradicciones humanas. Una persona obligada a hacer cosas con las que no est¨¢ de acuerdo ideol¨®gicamente. En un momento dado, tiene que apoderarse con sus compa?eros de las bodegas en las que trabajan, porque al propietario, un hombre de derechas, lo han matado. No es un h¨¦roe, sino alguien que toma partido para sacar adelante a su familia. Cuando ganan los nacionales, le quitan todo".
Cuenta Fern¨¢n-G¨®mez en el pr¨®logo escrito por Eduardo Haro Tecglen para su obra Los invasores de palacio, que en lo ¨²nico en lo que no coincidieron la visi¨®n de Jos¨¦ Carlos Plaza, director del magn¨ªfico montaje de 1982, y la suya propia fue en una escena medular, en la que un miliciano anarquista desliza un poco de esperanza en el futuro. "No s¨¦ por qu¨¦, pero no vi aquel montaje. Creo que es mejor. As¨ª llego limpio, sin influencias", dice Olmos. "Obviamente, sabemos que el autor simpatiza con la ideolog¨ªa anarquista, pero no se pone a favor de ning¨²n bando. No cae en esa trampa. Aunque aparezca un personaje como Mar¨ªa Luisa, la vecina, absolutamente de derechas, se ve que le han sucedido muchas cosas, que su fanatismo es producto del odio acumulado".
Las bicicletas son para el verano. 18 de enero, en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas (Madrid). Del 22 al 26 de enero, en el teatro Lope de Vega, de Sevilla. 31 de enero y 1 de febrero, en el teatro Cervantes, de M¨¢laga. A partir del 6 de febrero, en el teatro de La Latina, de Madrid.
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