Una voz contra el prejuicio
Hasta la irrupci¨®n de Bernat Soria en la escena p¨²blica, el Gobierno espa?ol lo hab¨ªa tenido muy f¨¢cil para escurrir el bulto en el espinoso tema de las c¨¦lulas madre embrionarias, una prometedora t¨¦cnica biom¨¦dica descubierta en 1998 y avalada por la mayor¨ªa de la comunidad cient¨ªfica internacional, pero rechazada por la Iglesia cat¨®lica y sus aleda?os pol¨ªticos, convencidos como est¨¢n de que un ¨®vulo fecundado es ya un ser humano a todos los efectos. ?Para qu¨¦ aceptar un debate parlamentario o promover una reforma legal, para qu¨¦ autorizar o financiar esos experimentos si en Espa?a no hab¨ªa un solo cient¨ªfico interesado en abordarlos? No molesten con tonter¨ªas, por favor.
Este impecable argumento para no hacer nada result¨® pulverizado por la mera existencia de Bernat Soria, un cient¨ªfico de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez, de Elche, que no s¨®lo pretend¨ªa trabajar con c¨¦lulas madre obtenidas de embriones humanos, sino que ten¨ªa en su mano todos los elementos t¨¦cnicos para convertirlas con ¨¦xito en c¨¦lulas de p¨¢ncreas productoras de insulina. Soria y su equipo ya hab¨ªan logrado eso mismo en ratones, y la implantaci¨®n de esas c¨¦lulas hab¨ªa curado la diabetes a esos animales.
Bernat Soria logr¨® formar en junio un consorcio entre ocho laboratorios de cinco pa¨ªses para continuar los experimentos que no pod¨ªa hacer en Espa?a
Nadie esperaba que las entonces ministras de Ciencia y de Sanidad empezaran a echar carreras para financiar los experimentos de Soria, pero la verdad es que la reacci¨®n del Gobierno super¨® los augurios m¨¢s sombr¨ªos. Soria y el rector de su universidad empezaron a recibir llamadas intimidatorias que les avisaban de que investigar con c¨¦lulas madre constitu¨ªa una "infracci¨®n grave". Curiosamente, el autor de esas llamadas era el n¨²mero dos del Ministerio de Sanidad, Rub¨¦n Moreno. Y a¨²n m¨¢s curiosamente, no lo hac¨ªa por orden de su jefa, Celia Villalobos, que poco despu¨¦s se revel¨® como una firme partidaria de esas investigaciones. La socialista Cristina Narbona ofreci¨® el mes pasado una posible soluci¨®n a esa paradoja, al adjudicar el bloqueo de las investigaciones a "la actividad pol¨ªtica sumergida" de la esposa del presidente del Gobierno, Ana Botella. La informaci¨®n no fue desmentida.
Con media docena de grupos de investigaci¨®n internacionales pis¨¢ndole los talones, Bernat Soria logr¨® formar en junio un consorcio entre ocho laboratorios de cinco pa¨ªses para continuar los experimentos que no pod¨ªa hacer en Espa?a, y consigui¨® que la Comisi¨®n Europea le aprobara para ello la primera financiaci¨®n que conced¨ªa a un trabajo con c¨¦lulas madre embrionarias, por 2,1 millones de euros. Adem¨¢s, el cient¨ªfico ya tiene en marcha un laboratorio en el departamento de Obstetricia y Ginecolog¨ªa de la Universidad Nacional de Singapur, un proyecto que obtuvo gracias a la mediaci¨®n del ¨²ltimo premio Nobel de Medicina, Sydney Brenner.
El a?o acaba bien para Soria, que ha recibido el apoyo de innumerables cient¨ªficos de prestigio y, sobre todo, de las asociaciones de diab¨¦ticos, que han llegado a reunir 1,3 millones de firmas a favor de sus trabajos. La Junta de Andaluc¨ªa le ha ofrecido espacio y financiaci¨®n en Sevilla, y el l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ha conminado a los otros cinco presidentes auton¨®micos socialistas a seguir ese ejemplo. La sensatez est¨¢ moviendo, al menos en este caso, m¨¢s monta?as que la fe.
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