El pa¨ªs que reta al mundo pero que no tiene luz
La pobreza y la falta de medios son visibles en un pa¨ªs que no tiene iluminaci¨®n p¨²blica salvo para las estatuas de sus l¨ªderes
Corea del Norte puede desafiar al mundo con su programa nuclear, pero dentro de sus propias fronteras, los pocos visitantes extranjeros descubren que, de noche, ni siquiera tiene medios para iluminar su capital. Hambrienta y con una econom¨ªa en crisis, Corea del Norte entra de noche en la oscuridad y no tiene kilovatios suficientes para calentar a su poblaci¨®n en medio de unos inviernos particularmente duros. Aunque hay excepciones.
Mientras su r¨¦gimen estalinista sobreviva, el culto a su fundador, Kim Il-sung, se mantendr¨¢. El visitante de Pyongyang no puede evitar contemplar c¨®mo brilla en la oscuridad el monumento de 20 metros de alto erigido en memoria de Kim padre, fallecido hace ocho a?os. Pero la mayor¨ªa de las calles y carreteras siguen sin iluminaci¨®n, signo de la penuria de un pa¨ªs que utiliza una parte de sus escasos recursos para sus ambiciones nucleares, condenadas por la comunidad internacional.
La principal calle de la ciudad, Changgwang, tiene un aire siniestro en toda su longitud, desde la estaci¨®n central hasta los locales del Partido de los Trabajadores, cerca de donde se sit¨²a el mejor hotel de la capital, el Koryo, y uno de sus pocos grandes almacenes. All¨ª est¨¢ tambi¨¦n el Changgwang Karaoke Club, una discoteca destinada a los extranjeros que buscan diversi¨®n en un pa¨ªs tan pobre como aislado del mundo. Los pocos coreanos del norte que el visitante encuentra en este lugar tiene como principal caracter¨ªstica que no llevan en la solapa la insignia obligatoria con la efigie de Kim Il-sung. Cuando hablan se muestran prudentes. "Antes ¨¦ramos todos estrictamente iguales, pero ahora a mayor trabajo, mayor salario"; explica Kim Jong-hyok, de 25 a?os, funcionario del Ministerio de Transportes. "Con mi salario tengo suficiente para vestirme, alimentarme y pagar un alojamiento", agrega.
Uno de los s¨ªmbolos del fracaso de las ambiciones econ¨®micas del pa¨ªs tambi¨¦n est¨¢ presente en la misma avenida: el hotel piramidal Ryugyong, de 105 metros, que se levanta inacabado desde hace 10 a?os.
En un pa¨ªs sin libertad de movimientos, los 2,5 millones de habitantes de la capital gozan de ciertos privilegios con respecto a sus compatriotas del campo. En la costa este del pa¨ªs, los periodistas pudieron comprobar durante un viaje para visitar una instalaci¨®n nuclear el silencio total que reinaba en la zona. "Los campesinos est¨¢n trabajando en el campo, por eso no hay nadie por aqu¨ª", explicaba el gu¨ªa. Los periodista s¨®lo se cruzaron en la calle con dos soldados, cuyo extraordinaria delgadez era evidente. Las casas parec¨ªan inacabadas, mientras que lo ¨²nico realmente visible eran los esl¨®ganes del partido, onmipresentes en todas partes.
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