No a la guerra
Vivimos tiempos de confusi¨®n y desconcierto. Los intereses econ¨®micos y en concreto el af¨¢n por el control del petr¨®leo han eliminado todo sentido ¨¦tico. Crece la movilizaci¨®n militar norteamericana para una guerra contra Irak. La m¨¢xima autoridad cat¨®lica de aquel pa¨ªs, el arzobispo Sleiman de Bagdad, acaba de emitir una dura declaraci¨®n contra toda intervenci¨®n militar. Se?ala que la agresi¨®n norteamericana de 1991 caus¨® medio mill¨®n de muertos, y una intervenci¨®n hoy producir¨ªa millones de v¨ªctimas inocentes.
La guerra anunciada por Bush es moralmente inadmisible e injustificable. El fin no justifica los medios. Urge cambiar la l¨®gica de la guerra por la l¨®gica del di¨¢logo y la paz. Todo hombre y mujer con conciencia ¨¦tica no s¨®lo debe resistir a los planes guerreristas de EE UU, sino oponerse activamente a ellos. Es hora de actuar y de so?ar en un mundo distinto.
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