El 3% del PIB

El Consejo Europeo de la Uni¨®n Europea (UE) celebrado en Barcelona la pasada primavera decidi¨® que la UE deber¨ªa invertir el 3% del PIB en I+D en el a?o 2010. Tal propuesta ha propiciado una notable discusi¨®n en los c¨ªrculos de pol¨ªtica cient¨ªfica por la dificultad de su aplicaci¨®n, ya que supone un aumento del 40%, y en los c¨ªrculos cient¨ªficos, por las expectativas generadas. La dura realidad de momento es que, seg¨²n la OCDE, aunque el gasto en I+D en los ¨²ltimos a?os ha crecido en el conjunto de pa¨ªses industrializados recuperando niveles de principios de los noventa, tal recuperaci¨®n no se observa en la UE y la brecha con EE UU se ensancha.

Los menos proclives a aumentar el gasto publico, o a redistribuirlo con visi¨®n de futuro, son los que m¨¢s se quejan de que la UE es menos competitiva que EE UU en la explotaci¨®n de mercados. Pero, sin recursos suficientes, la competici¨®n es desigual y con pocas posibilidades de ¨¦xito. La falta de cultura innovadora en la UE en contraste con EE UU es una raz¨®n para explicar el liderazgo americano. La falta de mayor inversi¨®n, m¨¢s eficiente y con algo de riesgo, son otras. Para llegar al objetivo de que Europea se convierta en una potencia mundial necesitamos estados musculosos -no obesos- que crean en Europa y un tejido empresarial innovador.

En Europa, la comunidad cient¨ªfica observa con envidia lo que pasa en EE UU, donde la investigaci¨®n de base se nutre en buena parte de dos instituciones, el NIH (National Institutes of Health), que ya ha doblado su presupuesto desde 1998, y la NSF (National Science Foundation), que acaba de lograr un acuerdo en el congreso para una gesta similar en los pr¨®ximos cinco a?os.

Los gobiernos de los pa¨ªses de la UE deben reconocer de una vez y responder a la innegable responsabilidad de financiar la investigaci¨®n de base en el sistema p¨²blico. Priorizar la investigaci¨®n de base es inevitable para un sistema de calidad y sostenible. Hoy sabemos que los beneficios de tal inversi¨®n son cuantiosos, social y econ¨®micamente, porque son fuente de generaci¨®n de conocimiento, de formaci¨®n de especialistas, de refuerzo de la capacidad cient¨ªfica y t¨¦cnica para resolver problemas, y cada vez m¨¢s de creaci¨®n de nuevas empresas.

Los responsables del proceso innovador tienen que velar por todos sus elementos por separado y en su conjunto, por sus complejas interacciones. La investigaci¨®n de base, es decir, la propuesta y ejecutada por los investigadores y cuyo objetivo es avanzar en el conocimiento, merece mayor atenci¨®n, pero tambi¨¦n reclamamos mayor atenci¨®n para otros facilitadores del beneficio econ¨®mico de la I+D (transferencia de conocimiento, desarrollo de mercados, regulaci¨®n y disponibilidad de capital riesgo, entre otros). No conozco ning¨²n pa¨ªs con un sistema innovador robusto y un deficiente sistema cient¨ªfico, o viceversa. La comunidad cient¨ªfica europea pide una agencia europea de financiaci¨®n de investigaci¨®n, independiente del poder pol¨ªtico aunque responsable ante ¨¦l. El asunto del 3% no est¨¢ desligado del de la agencia puesto que la decisi¨®n de Barcelona se interpreta como una oportunidad. De momento, el tema ha pasado de puntillas por el Consejo de Ministros de la UE el pasado noviembre, aunque el asunto no desaparecer¨¢ de la agenda y volver¨¢, en mi opini¨®n, a emerger con fuerza en el futuro pr¨®ximo. Al hilo del 3%, preocupa que algunos pa¨ªses est¨¦n ya buscando los elementos de ingenier¨ªa financiera para incluir gastos ligados a la innovaci¨®n por parte de las empresas para aproximarse al objetivo sin esfuerzo.

A todo esto, Espa?a, con Grecia y Portugal, tendr¨¢ ahora nuevos compa?eros de viaje en el furg¨®n de cola de la UE como Letonia, Eslovaquia o Polonia. Otros pa¨ªses como la Rep¨²blica Checa o Eslovenia se pondr¨¢n directamente por delante. ?C¨®mo llegar¨¢ el furg¨®n de cola tan siquiera a acercarse al objetivo del 3% sin una decisi¨®n pol¨ªtica que comprometa los presupuestos a medio plazo y m¨¢s all¨¢ de las declaraciones?

Enric Banda es secretario general de la European Science Foundation. secgen@esf.org.