"Empiezo a pintar cuando tengo el cuadro en la cabeza"
"No tengo mucha confianza en las palabras como veh¨ªculo para dar cuenta del pensamiento", comenta Guillermo P¨¦rez Villalta (Tarifa, C¨¢diz, 1948) frente a los dos primeros cuadros que abren la exposici¨®n que se inaugura hoy en la galer¨ªa Soledad Lorenzo, de Madrid, y que re¨²ne sus pinturas realizadas en los ¨²ltimos tres a?os. "No tengo confianza en las palabras, pero s¨ª en las im¨¢genes", a?ade, "y por eso en mis cuadros intento poner en escena una serie de propuestas para hacer pensar".
Los dos primeros cuadros de la exposici¨®n se titulan Combate y destino y Las palabras, ambos pintados en 2001, y est¨¢n llenos, de un lado, de elementos formales que proceden de la historia de la pintura (uno de ellos "le debe mucho a los c¨ªrculos de Noland y el posexpresionismo abstracto", escribe el artista en el cat¨¢logo), y de otro, de invitaciones para sumergirse en el interior de esas obras y volver a mirar el mundo con una mirada diferente. El drag¨®n con el que pelea el San Jorge de P¨¦rez Villalta es "humo y niebla" ("nuestros propios horrores"); las palabras de su cuadro lo envuelven todo, dejando un m¨ªnimo resquicio para el movimiento.
"Lo que existe es el vac¨ªo, y desde ese vac¨ªo el hombre empieza a pensar"
"No me gusta el mundo, as¨ª que he inventado uno en el que sentirme a gusto"
Meticuloso en todos los detalles de cada una de sus obras, Guillermo P¨¦rez Villalta confiesa ser un hombre tremendamente racional a la hora de trabajar. "No pinto nada hasta que no tengo el cuadro en la cabeza", explica. Y cuando dice el cuadro, se refiere a todos y cada uno de sus elementos, colores, disposici¨®n espacial, construcci¨®n, t¨¦cnica, tama?o, forma. "Todo suele empezar por una chispa. Algo que surge espont¨¢neamente y que me sirve para imaginar lo que quiero hacer. Me sumerjo entonces en un largo periodo en el que no hago otra cosa que imaginar. Darle mil vueltas a todas las posibilidades que empiezan a surgir. Voy acumulando datos, investigo donde haga falta, me entretengo con los conceptos que voy a poner en escena. Cuando todo va encajando, hago el primer garabatillo. Un poco m¨¢s adelante ya afino en un boceto detallado. Y luego empieza el trabajo, siguiendo paso a paso todas las pautas que ya he establecido previamente".
Mies van der Rohe, Rem Koolhaas, Tadao Ando. Para contemplar las obras que P¨¦rez Villalta expone, y en las que hace expl¨ªcita referencia a estos tres grandes arquitectos, hace falta bajar unas escaleras y sumergirse en la atm¨®sfera que estos cuadros crean en una peque?a habitaci¨®n. "No son homenajes", comenta enseguida. La palabra no le gusta. Tampoco le gusta "estilo": este t¨¦rmino le arranca una mueca cuando surge durante la conversaci¨®n. El caso es que la arquitectura ha sido desde siempre una de las grandes pasiones de este artista. En La academia de Farnsworth (La voz de su amo) aparece retratado el propio Van der Rohe haci¨¦ndole un gesto a un perro que obedece. "Es una mirada ir¨®nica contra los integristas del minimalismo", comenta P¨¦rez Villalta.
El cuadro que surge de su ambigua relaci¨®n con el arquitecto holand¨¦s Koolhaas -"no me gusta lo que hace, pero me estimula mucho"- es un original tratamiento del tema de la Anunciaci¨®n. "En uno de los trabajos de Koolhaas descubr¨ª que hab¨ªa un espacio inaccesible, y es ese lugar vac¨ªo, donde nada puede ocurrir o donde puede ocurrir todo, el que me llam¨® la atenci¨®n y el que desencaden¨® la idea de este cuadro".
Tambi¨¦n el vac¨ªo est¨¢ presente en Plat¨®n cinema, cuya arquitectura est¨¢ inspirada en Tadao Ando y que es una suerte de recreaci¨®n del mito plat¨®nico de la caverna de las ideas. "Hay un hombre que observa una pared en la que se proyecta tan s¨®lo la luz. La nada, el vac¨ªo".
-?Por qu¨¦ esa obsesi¨®n por el vac¨ªo?
-Soy agn¨®stico, pero si Dios existiera, ser¨ªa el vac¨ªo. Lo que el hombre de la escena del cuadro ve proyectado es nada. No hay, por tanto, unas ideas preexistentes cuyas sombras imperfectas pueden descubrirse en la famosa caverna, como contaba Plat¨®n. Lo que existe es el vac¨ªo, y es desde ese vac¨ªo desde el cual el hombre empieza a pensar.
-?Y su pasi¨®n por la arquitectura?
-Pienso como arquitecto, pero todo lo que se me ocurre lo llevo a la pintura. Y menos mal, porque en el cuadro tienes una libertad que ser¨ªa inviable en la vida real, en esa vida donde los edificios se construyen".
La exposici¨®n puede seguirse tirando del hilo de la inspiraci¨®n que desencaden¨® la realizaci¨®n de las piezas. Est¨¢n los dos primeros cuadros, a los que el artista se refiere como "emblemas". Luego, los vinculados directamente con tres arquitectos concretos. Vienen despu¨¦s dos cuadros orientalistas. "Los persas, los chinos, los japoneses siempre me han interesado mucho", confiesa P¨¦rez Villalta. "Todo el arte no occidental, que tiene una manera muy diferente de presentar las cosas, y de sus recursos me he servido en estas dos obras. Proponen una reflexi¨®n sobre lo femenino y sobre lo masculino. En una de ellas, una mujer se pinta las u?as ensimismada y muestra esa mirada hacia adentro, ese clima de intimidad, esa concentraci¨®n con que las mujeres hacen las cosas. En el otro cuadro he querido transmitir el af¨¢n del hombre por salir hacia fuera, por vincularse al mundo y actuar sobre ¨¦l".
P¨¦rez Villalta comenta que en este ¨²ltimo trabajo hay mucho de Theo von Doesburg, pero es que, en cuanto volvemos la mirada, de quien habla es de Malevich. "Aqu¨ª est¨¢ de nuevo el vac¨ªo y est¨¢ en el cuadrado negro de Malevich que he colocado ah¨ª, muy cerca de ese hombre que sue?a". Un poco m¨¢s all¨¢, otro tratamiento del tema de la Anunciaci¨®n, con un suelo armado con teselas romanas.
-?Por qu¨¦ esa presencia de otros artistas en su trabajo?
-Para m¨ª la memoria es fundamental en el arte. No soporto la arrogancia de muchos j¨®venes que creen que est¨¢n descubriendo el Mediterr¨¢neo cuando lo que hacen ya ha sido hecho antes, y muchas veces mejor. Lo peor de todo es su ignorancia, no saber que est¨¢n repitiendo, desconocer a sus progenitores. Creo, adem¨¢s, profundamente en el individuo. Y en la manera en que cada individuo filtra y recibe la tradici¨®n, la forma en que la reinterpreta, la disfruta. Hay en mis obras la presencia de otros pintores, pero mi relaci¨®n con la historia del arte no es lineal. La idea de matriz matem¨¢tica, ?le suena?
-Vagamente.
-Es un conjunto de valores matem¨¢ticos situados en l¨ªneas verticales y horizontales en una especie de rect¨¢ngulo. Puedes mover de un sitio a otro cada una de estas partes, combinarlas de distintas formas, organizarlas a tu manera. As¨ª trabajo, con todo lo que existe a mi disposici¨®n, ya sea una obra de principios del siglo XX o un cuadro bizantino. Lo que importa es c¨®mo organizas todo cuanto est¨¢ en el cuadro, esas variaciones sutiles que puedes introducir en temas que se han tratado desde siempre.
Hay tambi¨¦n en la muestra una serie de cuadros que P¨¦rez Villalta ha reunido bajo el nombre de tres casas, otros cuatro que narran una suerte de "f¨¢bulas morales" y, al final de la galer¨ªa, tres cuadros en los que el artista se ha propuesto, por as¨ª decirlo, lo m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. "Son grandes retos que me impongo, como si quisiera saber hasta d¨®nde puedo llegar, si voy a ser capaz de alcanzar el final". Son tres las obras que responden a estas inquietudes: Altar, Salmo e Imaginar.
"No es el arte el que imita a la naturaleza", comenta P¨¦rez Villalta delante de Salmo -"una especie de mandala", dice-, "sino, como quer¨ªa Wilde, es la naturaleza la que copia al arte". En esta pieza, salvo una, todas y cada una de las flores, y hay muchas, han sido inventadas por el pintor. Un trabajo de chinos. "M¨¢s a¨²n, como en este caso, en el que es imposible hacer ninguna correcci¨®n sin que se note en el resultado final".
Imaginar, por otro lado, muestra una ciudad. P¨¦rez Villalta ha hecho de cada uno de los edificios la planta, los alzados, ha dibujado distintas perspectivas, ha concebido lo que existe en su interior. "Casi un a?o de trabajo", confiesa. "No me gusta demasiado el mundo, as¨ª que he inventado uno en el que me encontrara a gusto. Y eso es lo que me maravilla de un trabajo como el m¨ªo, que te permite construir algo que no existe y que empiece a existir en ese momento en que el espectador se encuentra con el cuadro".
-Ha insistido siempre en la importancia de las ideas en su obra.
-Me gustan mucho artistas, como Duchamp, que, a partir de propuestas muy sencillas, te dan muchos materiales para pensar. Y eso es lo que quiero que ocurra con mi obra, que no s¨®lo te haga cosquillas, sino que ponga a funcionar tu cerebro.
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