P+E5+H3
Si usted es de los que de vez en cuando se re¨²nen con amigos en la barra de ese bar que le pilla cerca del trabajo y alguna vez -es s¨®lo un suponer- le ha dado por decir que la psicolog¨ªa, por ejemplo, no es una ciencia exacta, m¨¢s vale que ma?ana mismo se desdiga del asunto y pague la ronda de caf¨¦s para restituir su imagen. Lo he le¨ªdo hace nada y le aseguro que mi ignorancia ha sufrido un empacho nada m¨¢s saberlo. Eso del equilibrio emocional, la depresi¨®n postparto, la autoestima y dem¨¢s procesos mentales o, si lo prefiere, todo lo que ha tra¨ªdo de calle a presocr¨¢ticos, neoplat¨®nicos, esc¨¦pticos, racionalistas y otros te¨®ricos del esp¨ªritu empe?ados en destripar, pieza a pieza, los mecanismos del deseo, la tristeza o la ambici¨®n, todo en s¨ª, aislado o en su circunstancia, resulta que se pod¨ªa reducir a una simple f¨®rmula matem¨¢tica que a¨²n estaba por descubrir y que, por fin, tras un largo proceso emp¨ªrico (inspirado por Berkeley y Hume), ha sido hallada y resuelta en un despacho de Londres.
Una ecuaci¨®n tan s¨®lida como P+E5+H3, parece mentira, ha visto la luz gracias al agudo cerebro de la psic¨®loga brit¨¢nica Carol Rothwell. Y, la verdad, una vez vista y analizada ocurre que simplifica de golpe cientos de siglos de ret¨®rica mental y desvela por completo el sue?o m¨¢s perseguido por el hombre desde que se sostuvo erecto sobre dos de sus patas: la Felicidad. Les resumo: P es igual a individuo (sus perspectivas, su aguante, su capacidad de adaptaci¨®n...); E corresponde a necesidades existenciales de segundo orden (salud, dinero, afecto, etc.); H equivale a las aspiraciones m¨¢s elevadas (autoestima, ambici¨®n, sentido del humor...). De este modo y para alcanzar la felicidad de lleno, solo hay que a?adir a P tres partes de E y cinco de H, cruzar las valencias entre necesidad existencial y valores elevados y que le den al mundo.
La verdad, no s¨¦ cu¨¢nto tardar¨¢ la clase pol¨ªtica en rentabilizar una f¨®rmula de este calibre, pero las elecciones municipales y auton¨®micas est¨¢n ah¨ª. Venderla en frascos es una opci¨®n bastante acertada, pero antes hay que comprar a la jodida brit¨¢nica los derechos de explotaci¨®n y adelantarse al enemigo. La carrera acaba de empezar.
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