Rafael Riqueni vuelve a la m¨²sica despu¨¦s de cinco a?os de silencio
El guitarrista flamenco reaparece hoy en Madrid acompa?ando a Carmen Linares
El toque del precoz maestro de la guitarra Rafael Riqueni (Sevilla, 1962) volver¨¢ a sonar esta noche en Madrid, despu¨¦s de "cinco o seis a?os" de silencio. El compositor retoma as¨ª la brillante carrera que detuvo en 1997 por motivos de salud. Y lo hace con una compa?¨ªa de lujo: Carmen Linares. Ambos abren el miniciclo flamenco de la sala Clamores, en el que tambi¨¦n intervienen Chano Lobato -ma?ana- y Esperanza Fern¨¢ndez, el s¨¢bado.
Vers¨¢til autor de seis discos de guitarra flamenca, y entre otros de bellezas como Suite Sevilla, Maestro o Alc¨¢zar de cristal, Rafael Riqueni salt¨® a la fama a los 14 a?os, cuando gan¨® el Premio Ram¨®n Montoya al mejor tocaor en concierto del Concurso Nacional de C¨®rdoba. "Es que fui el t¨ªpico ni?o prodigio sevillano", explica con humor, muy restablecido de la oscura depresi¨®n que ha arrastrado en los ¨²ltimos tiempos: "A los once o doce a?os ya tocaba los temas de Paco de Luc¨ªa, a los 15 gan¨¦ el Concurso Nacional de Jerez, y luego enseguida me puse a tocar con cantantes como Isabel Pantoja, Mar¨ªa Jim¨¦nez (que es t¨ªa segunda m¨ªa) o Roc¨ªo Jurado".
Luego llegaron los festivales flamencos, el boom de las sevillanas ("deb¨ª grabar unas 200.000") y las actuaciones en escenarios ilustres: acompa?ando a los mejores cantaores (Enrique Morente, Carmen Linares, Jos¨¦ Menese y muchos otros) o convirti¨¦ndose en uno de los grandes exponentes de la guitarra en concierto.
Su toque era poderoso y muy imaginativo, de una sensibilidad poco com¨²n, complicado y sencillo a la vez. Pero en un momento dado su cabeza dijo basta. "Me puse enfermo por una mezcla de circunstancias. No paraba, muri¨® mi padre, me separ¨¦ de mi mujer, ca¨ª en el alcohol... Tuve una depresi¨®n muy profunda, no pod¨ªa ni salir". Aunque en estos a?os de par¨®n ha tenido algunos ratos mejores, que le permit¨ªan incluso volver a tocar en directo. "Compuse algunas cosas de m¨²sica cl¨¢sica andaluza, pero pens¨¦ en dejar la guitarra, no le ve¨ªa salida. Gracias a Dios, y a los m¨¦dicos, ahora sonr¨ªo y tengo optimismo".
Riqueni se ha subido ya un par de veces al escenario en los dos meses pasados desde su salida del hospital. Pero dice que en esta "¨¦poca de transici¨®n" el concierto de hoy es crucial: "Es una cita muy importante, porque llevo mucho tiempo sin dar un concierto en Madrid y porque es una responsabilidad muy grande tocar con alguien del nivel de Carmen".
Su idea para el futuro inmediato es "compaginar los recitales con la docencia" y grabar un nuevo disco flamenco: "El mayor reto para un guitarrista es hacer un disco de flamenco. Pero lo har¨¦ con calma, porque ahora me cuesta mucho poner las ideas en pie. Con la edad no le gusta a uno nada, te vuelves muy exigente".
Chano Lobato, en Jap¨®n
Otra atracci¨®n del ciclo del Clamores es Chano Lobato. El incombustible cantaor gaditano, de 75 a?os, viaja con la guitarra del jerezano Fernando Moreno para reencontrarse, ma?ana, con una afici¨®n que lo adora. Don Juan Ram¨ªrez Sarabia ha visitado Jap¨®n una vez m¨¢s, en noviembre. Y viene encantado, lleno de an¨¦cdotas: "Que si 'maestro' por aqu¨ª, que si 'T¨ªo Chano' por all¨¢... Me han tratado muy bien, muy bien. El viaje, muy largo, y en el avi¨®n, desde Londres, 250 ni?os japoneses. Pero merece la pena. Estuve dos semanas, y cant¨¦ en el Teatro Municipal de Tokio. Es tan grande que Chicuelo, el guitarrista, se perdi¨®".
"Nos llevaba Koyima, el que fue bailar¨ªn en el ballet de Mar¨ªa Rosa, para un espect¨¢culo que se titula Cuadro flamenco", explica Lobato. "Yo sal¨ªa al principio, con mi capa cordobesa y mi sombrero. Me daban ese homenaje. El sombrero parec¨ªa un pavero de Ronda: el ala era m¨¢s grande que la plaza de toros de El Puerto".
"Los dos primeros d¨ªas cant¨¦ por malague?as y un fandanguito abandolao. Y en la segunda parte, por canti?as y tanguillos, que es lo m¨ªo. Dije '?Viva Tokio!' y aquello se ven¨ªa abajo. Hac¨ªan palmitas sordas y todo, con lo que son ellos de discretos. Luego, el segundo d¨ªa, cant¨¦ por siguiriyas. ?Lloraban como locos! Y yo me sent¨ªa Marlon Brando. Pero no me com¨ª una rosca, sobrino. Con tanto 'maestro' y tanto 'T¨ªo Chano...".
"Un d¨ªa fuimos a un restaurante muy bueno y resulta que la due?a estaba enamorada de Koyima", a?ade el cantaor por t¨¦l¨¦fono desde Sevilla. "Parec¨ªa la mosca de la siesta, mi prima, no le dejaba en paz. Y como van tan maquilladas que parecen polvorones, no sabes si tienen un siglo o 18 a?os... Para m¨ª que era el fantasma de la ¨®pera. Yo parec¨ªa el Yedi de La guerra de las galaxias. Me sacaron en volandas. Pero no hab¨ªa forma de echarles mano. No hab¨ªa manera".

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