Fumadores pasivos

Acabo de regresar de Italia, en donde he pasado los ¨²ltimos cinco a?os. Cuando en los ¨²ltimos a?os se comenz¨® a tratar en el Parlamento la ley antitabaco en lugares p¨²blicos, pens¨¦ que ser¨ªa un tremendo fracaso; sin embargo, me equivoqu¨¦ y he observado c¨®mo poco a poco los ciudadanos la van aplicando, pues se est¨¢n poniendo los medios necesarios para ello. Un caso significativo es el de los aeropuertos, concretamente el de Roma-Fiumicino. En el transcurso de un a?o los fumadores han ido aplicando el reglamento vigente con el simple m¨¦todo de la megafon¨ªa interna. Cada pocos minutos suena este mensaje: "In questo aeroporto non e consentito fumare", y poco despu¨¦s suena en ingles: "In this airoport smoking is forbiden". Simplemente con eso y con los servicios de vigilancia interna lo han conseguido.

La se?ora ministra de Sanidad y Consumo estar¨¢ de acuerdo conmigo en que los aeropuertos son un poco el escaparate de un pa¨ªs; pues bien, nuestros escaparates son dram¨¢ticos. Los aeropuertos espa?oles, el de Madrid en particular, son verdaderas c¨¢maras de gas, donde el respirar se hace muy desagradable para las personas, como yo, no fumadoras. La ley no se aplica y veo c¨®mo mis derechos se pisotean con escarnio. Si bien hay distintas placas en los muros de entrada que hacen referencia al Real Decreto 192/1988, de prohibici¨®n de fumar en lugares p¨²blicos, en el aeropuerto Madrid-Barajas se fuma con total impunidad, desde el guardia que, de servicio, controla los equipajes, el ejecutivo que se desplaza entre pasillos dejando una estela de humo en perjuicio de todos, el empleado de la banca, el camarero, etc¨¦tera. Y es que no hay zonas para que los fumadores se congreguen y puedan fumar, como ocurre en la mayor¨ªa de los aeropuertos y, sin embargo, convierten todo el recinto en una sala de fumadores. ?Por qu¨¦ no aplican el m¨¦todo de la megafon¨ªa y ponen a los servicios de vigilancia a trabajar en este sentido? Como ciudadano y contribuyente, me siento con el derecho a protestar.