Habr¨¢ un d¨ªa...

Habr¨¢ un d¨ªa en el que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad... Y habr¨¢ un d¨ªa en el que todos seamos iguales y no tengamos que depender de medidas espec¨ªficas por parte de la Administraci¨®n para defender aquellos nuestros derechos porque somos como cualquier otras personas. Hablo de gente de diferente cultura, de personas que han de ganarse la vida de forma clandestina, de personas que han nacido con alg¨²n tipo de discapacidad f¨ªsica o ps¨ªquica, de personas que por no entrar en lo que solemos denominar "normalidad" sufren la marginaci¨®n y son vetados de los derechos fundamentales. Hace unos d¨ªas una amiga me contaba que hab¨ªa adoptado un chico de 21 a?os con s¨ªndrome de Down; mi admiraci¨®n fue inmensa, pero fue mayor mi indignaci¨®n cuando me cont¨® que hab¨ªa llevado al chaval de marcha con toda la esperanza de que disfrutase de una noche de diversi¨®n como cualquier persona y no tard¨® en llegar la frustraci¨®n para ambos porque cuando intentaron realizar su peque?o sue?o en la mayor¨ªa de los locales de la zona de Bilbao y Alonso de Mart¨ªnez de la capital de Espa?a les negaron la entrada por ir acompa?ados de un ser "diferente", o tal vez fuese otra la etiqueta que le colgaron como si de un traje se tratase. ?D¨®nde est¨¢ la igualdad, la libertad tan pomposamente pregonadas en este pa¨ªs? Me temo que a todos aquellos que de alg¨²n modo todav¨ªa nos sentimos comprometidos e indignados con todas las injusticias que se cometen, nos queda mucho por hacer y no debemos quedarnos acomodados en nuestro confortable sof¨¢, sino levantarnos y emprender nuestra batalla por peque?a que pueda parecer, porque a base de peque?os pasos es como se alcanza la cumbre.