Los casos de 'vacas locas' aumentaron un 48% el a?o pasado
La distribuci¨®n geogr¨¢fica de reses positivas revela pasados flujos de piensos ilegales
Espa?a seguir¨¢ pagando durante varios a?os las negligencias cometidas en la alimentaci¨®n del ganado vacuno. Lejos de remitir, los casos de vacas locas aumentaron un 48% en 2002 respecto al a?o anterior (de 82 a 121 positivos). Es lo esperable, puesto que las harinas c¨¢rnicas ilegales se siguieron usando hasta el a?o 2000, y la enfermedad tarda unos cinco a?os en incubarse.
Las reses positivas que han ido apareciendo en 2002 dibujan una tendencia ascendente sostenida (v¨¦ase gr¨¢fico), y es posible que ese aumento se mantenga hasta alcanzar un m¨¢ximo en 2004 o 2005, para empezar a descender despu¨¦s. Esa curva de subida y bajada fue exactamente la que se observ¨® en el Reino Unido despu¨¦s de que se hiciera efectiva la prohibici¨®n de las harinas c¨¢rnicas, los componentes del pienso que transmiten la encefalopat¨ªa espongiforme bovina.
"La curva de 2002 es la real", explica Juan Jos¨¦ Badiola, presidente de los colegios veterinarios y director del Laboratorio de Referencia sobre Encefalopat¨ªas Espongiformes Transmisibles, en Zaragoza. "Los datos de 2001 subestimaron la magnitud de la epidemia, debido al plan de intervenci¨®n que permit¨ªa destruir reses adultas sin previo an¨¢lisis. Lo que vemos ahora es la aut¨¦ntica progresi¨®n de la encefalopat¨ªa, y nos revela una incidencia media-alta en comparaci¨®n con otros pa¨ªses europeos".
Los datos del a?o pasado reflejan tambi¨¦n un cambio de tendencia. Mientras que en el primer a?o de la crisis m¨¢s del 40% de las vacas enfermas se detectaban in extremis en el matadero, ese porcentaje se ha reducido al 30% en 2002. Badiola interpreta: "Los ganaderos se han ido dando cuenta de que intentar llevar al matadero una vaca que presenta s¨ªntomas es in¨²til. ?ste es un buen dato, porque implica una menor presi¨®n sobre el sistema de vigilancia que evita la entrada de animales enfermos en la cadena alimentaria". M¨¢s de la mitad de los positivos son ahora animales muertos en la granja. ?sta no es una situaci¨®n ideal -pues revela que los ganaderos no notifican todas las reses que presentan s¨ªntomas-, pero al menos supone un menor riesgo para los consumidores.
La distribuci¨®n geogr¨¢fica de las reses positivas revela un gradiente con la intensidad m¨¢xima en las provincias fronterizas con Portugal (sobre todo con la mitad norte de ese pa¨ªs) y una disminuci¨®n gradual hacia el este y hacia el sur. ?Quiere decir esto que parte de las harinas c¨¢rnicas entraron a Espa?a desde Portugal?
"Probablemente s¨ª", responde Badiola. "Es significativo que, entre las provincias fronterizas con Portugal, sean las del norte las m¨¢s afectadas. En la mitad norte de Portugal abundan las explotaciones lecheras, con vacas de m¨¢s edad, mientras que la mitad sur se dedica sobre todo a las terneras para el consumo de carne, que suelen ser demasiado j¨®venes para padecer la enfermedad. Si los residuos vacunos portugueses se dedicaban a la fabricaci¨®n de piensos ilegales, y ¨¦stos se vend¨ªan a Espa?a, las provincias fronterizas espa?olas resultar¨ªan m¨¢s afectadas cuanto m¨¢s al norte, y eso es lo que se observa
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