Ana y los otros
Hay quien piensa que la incorporaci¨®n de Ana Botella a la lista de Alberto Ruiz-Gallard¨®n se hace para fortalecer la candidatura del l¨ªder y para reforzarse adem¨¢s ella en vistas a una misi¨®n ulterior. Otros, por el contrario, pensamos que lo mejor de esta maniobra no se encuentra de ning¨²n modo en la vana pretensi¨®n de "reforzar". M¨¢s bien, la mejor promoci¨®n de Ana Botella deber¨¢ orientarse hacia su lasitud. Porque si algo nocivo se vislumbra en el pensamiento de Ana Botella son sus factores duros, s¨®lidos o firmes, y de lo que se trata hoy es de virar hacia la plasticidad, la ternura, la liquidez.
Contra lo que suelen creer algunos l¨ªderes pol¨ªticos, la pol¨ªtica no s¨®lo ha dejado de ser lo que era: ha dejado rotundamente de ser. Ahora se trata de estar. De estar asentado en el poder, naturalmente, pero tambi¨¦n de estar bien en la tele, de estar bien en el debate parlamentario, de estar donde se debe estar: ni cazando cuando se hunde el Prestige, ni en Marruecos cuando nadie lo pide.
Para estar apropiadamente y en el sitio correcto no conviene sobrecargarse de raz¨®n ni reforzarse a la manera de un pesado guerrero. Ruiz-Gallard¨®n es actualmente el ejemplo m¨¢ximo de la ligereza, y el metro madrile?o, la suprema met¨¢fora de su extrema movilidad. ?Es Gallard¨®n de derechas? ?Es Gallard¨®n de izquierdas? La interrogaci¨®n carece de pertinencia. Lo mejor de Gallard¨®n no es ser esto o lo otro. Lo bueno de Gallard¨®n es saber estar, y velozmente. La circulaci¨®n es hoy la medida de todas las cosas. Pero esto Ana Botella no lo conoce, ni podr¨ªa aprenderlo nunca junto a un esposo que es el que es, sin saber, en cambio, estar.
Contra la visi¨®n en¨¦rgica del poder, la noci¨®n el¨¢stica de la autoridad moral; contra la acci¨®n vertical, el desplazamiento horizontal en todas las direcciones. El PSOE encontr¨® al l¨ªder de este juego en Zapatero, id¨®neo no a partir de ideas fuertes, sino de su galante ausencia. ?En qu¨¦ cree Zapatero? En todo lo bueno para la humanidad, tal como lo har¨ªa una madre o una bondadosa mujer. Aznar todav¨ªa sigue siendo el t¨ªpico hombre-hombre y Ana Botella la mujer-mujer, pero ni Zapatero ni Gallard¨®n constituyen este arcaico tam-tam del g¨¦nero. Ambos son de otra pasta. La pasta que genera una pol¨ªtica pl¨¢stica. La pol¨ªtica que ha superado el hard core y ahora se encuentra en las mejores condiciones para cualquier transexualidad.
Felipe Gonz¨¢lez eligi¨® a Garz¨®n para sus listas en una violenta operaci¨®n de depuraci¨®n moral, pero Gallard¨®n enrola a Ana Botella no para anabolizar la lista, sino para ablandar la dureza de la esposa del se?or Aznar y crear acaso, si las cosas salen bien, una candidata presidencial, independiente, bien peinada y mujer. S¨®lo mujer: operada de la cargante patolog¨ªa siamesa mujer-mujer; y del bulto de la conyugalidad.
En el futuro los mandatarios ser¨¢n principalmente hombres ondulados, figuras educadas como Gallard¨®n, homosexuales como Mendiluce o mujeres del tipo Clinique. Nunca hombres o mujeres de verdad, sino hombres y mujeres tan s¨®lo veros¨ªmiles. A partir de ellos, la pol¨ªtica perder¨¢ sus duras e hip¨®critas escamas del pasado y podr¨¢ convertirse en un quehacer sencillo y benefactor.
Isabel Tocino, Carmen Romero, Cristina Almeida, Pilar Rahola son todas modelos de un tiempo en extinci¨®n, pero sus hijas ser¨¢n probablemente los mejores ejemplares de la pol¨ªtica polisexual femenina. Una pol¨ªtica que ser¨¢ juzgada no s¨®lo de acuerdo a su eficacia y su pragmatismo, como es natural, sino tambi¨¦n respecto a unos ideales de felicidad relacionados con el sentir m¨¢s primordial de las nuevas mujeres. ?Ser¨¢n Ruiz-Gallard¨®n o Zapatero los primeros eslabones de esta especie? No puede saberse todav¨ªa: los mutantes tienden a ser m¨¢s rubios y lampi?os que ellos, aunque un punto afeminados s¨ª son. La fecha crucial puede estar pr¨®xima, pero ?qui¨¦n podr¨¢ predecir todav¨ªa nada cuando el acelerado trasiego de hormonas, desde Trini a Rafa, desde Gallard¨®n a Botella o Esperanza, se encuentra en el mismo centro de la vigente estrategia electoral?
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