Br¨²jula y magnetismo
Un mal¨¦volo duende con libreta y bol¨ªgrafo o, m¨¢s exactamente, un conspirador rubio, chato y holand¨¦s se ha puesto el capirote, ha movido los hilos de la competici¨®n y, en un abrir y cerrar de ojos, ha transformado una ventaja en un dilema. La situaci¨®n es ¨¦sta: en vez de coincidir en el c¨ªrculo central y de luchar por el t¨ªtulo de Liga, Juan Rom¨¢n Riquelme y Andr¨¦s Iniesta, dos de los futbolistas m¨¢s brillantes del campeonato, rivalizan por un puesto en su propio equipo.
Rom¨¢n es al f¨²tbol lo que el campo magn¨¦tico es a la br¨²jula. Due?o de un pulso de escribano y de un tacto de alfarero, es adem¨¢s un ejemplo vivo del proceso de selecci¨®n natural. En primer lugar, cumple alguna de las condiciones que siempre han caracterizado a los deportistas especiales, esos mutantes que se han atrevido a modificar las leyes f¨ªsicas del toque: por ejemplo, procede de la zona oscura del arrabal. Hermano de sus muchos hermanos y c¨®mplice de sus muchos amigos, supo moverse desde ni?o en la cultura de la escasez; aprendi¨® a repartir el pan antes de ponerse a repartir juego. M¨¢s tarde, motivado por la inspiraci¨®n o por el destino, se hizo futbolista investigando el comportamiento del bal¨®n, rez¨¢ndole a Maradona y so?ando, como La Raulito, con jugar en la primera de Boca.
Cuando quiso darse cuenta conoc¨ªa el viento de la cancha como la ara?a conoce el aire del jard¨ªn. Un d¨ªa decidi¨® tejer su propia tela. Con sus movimientos de funambulista segu¨ªa la misma invariable secuencia que algunos seres ingr¨¢vidos: atra¨ªa, cazaba y envolv¨ªa la pelota. Poco a poco, tend¨ªa a su alrededor las mismas inapreciables l¨ªneas de fuerza que dan simetr¨ªa a las telara?as y en determinadas condiciones ordenan las limaduras de hierro sobre una superficie plana. En otras palabras, induc¨ªa las corrientes del juego y somet¨ªa a los defensas a una rara fascinaci¨®n. Actuaba exactamente igual que un im¨¢n.
Andr¨¦s Iniesta, en cambio, es al f¨²tbol lo que la br¨²jula es al campo magn¨¦tico: sabe buscar los polos del juego y se orienta autom¨¢ticamente en la direcci¨®n adecuada. Formado en las sucesivas escuelas de Milla, Guardiola, Laudrup y Xavi, se ha convertido en un virtuoso del ritmo y la s¨ªntesis. Puesto que su prioridad se llama fluidez, busca la simplificaci¨®n absoluta del juego. Si el primer toque de control basta para limpiar a un defensa, mejor evitar el segundo; si un solo pase puede desactivar a los dos centrales, mejor evitar la tentaci¨®n de un adorno. Su objetivo consiste, pues, en adelantarse al tiempo natural de la maniobra. Estamos ante un mago de la anticipaci¨®n.
La conclusi¨®n es demoledora: si el im¨¢n no puede competir con la br¨²jula, Van Gaal ha cargado el bol¨ªgrafo con nitroglicerina. Un d¨ªa va a estallarle en la nariz.
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