Colchones de pinchos
1. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar castig¨® a los ministros sin vacaciones, les orden¨® que se pusieran a trabajar y el Gobierno se ha pasado 15 d¨ªas en el telediario, que es como viajar al PPa¨ªs de Nunca Jam¨¢s. El ministro de temporada es Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, poco conocido porque s¨®lo habla de Justicia, que no era importante hasta que se hundi¨® el Prestige. Michavila pugna ahora por un ascenso; cualquier fin de semana le enviar¨¢n una c¨¢mara a casa y veremos su jard¨ªn en el telediario: "Pues s¨ª, pues s¨ª, a los delincuentes se les ha acabado la buena vida". Un d¨ªa anuncia el cumplimiento ¨ªntegro de las penas, otro que la pena m¨¢xima aumenta a 40 a?os, otro que se reducen los beneficios penitenciarios... En todas las prisiones deben estar siguiendo al minuto la crisis del Prestige: como siga saliendo fuel, a los presos les dan colchones de pinchos y les cuelgan de los pulgares.
Rodrigo Rato contra Zapatero. Interesante. Es como enfrentar a David Bisbal con Joaqu¨ªn Sabina
2. ?C¨®mo es Rodri, c¨®mo es! Est¨¢n todos achicando agua con lo del Prestige, peg¨¢ndose con Caldera, diciendo que Galicia nunca ha estado mejor y que el negro tiene su encanto, y sale Rato, de repente, como un bicho: "S¨ª, quiero ser presidente". A su bola. Ahora quiere ser presidente. Que le cuesta un esfuerzo tremendo, pero que s¨ª. Si el PP lo desea, si le ponen un pu?al en el pecho y le retuercen la cosita con alicates, entonces bueno, asumir¨¢ la presidencia del Gobierno. La entrevista en Abc no dec¨ªa "asumir la candidatura" sino "asumir la presidencia". Y se queja de que le llamen soberbio.
3. Rato ya sabe que confesar deseo sucesorio es yuyu, pero le da igual. No me extra?a que Aznar est¨¦ mosqueado y haga frases para la posteridad: "Hablad de cosas serias, no de planes de belleza en siete d¨ªas". Normal. Cada semana sale uno del PP diciendo que acepta. Cualquier lunes llegar¨¢ Aznar a la junta directiva como Mois¨¦s con las tablas de la ley ("No har¨¦is planes de belleza en siete d¨ªas") y se encontrar¨¢ al partido adorando a otro becerro. Aznar ya parece el profesor de la campa?a "P¨®ntelo, p¨®nselo", el que entraba en el gimnasio con un preservativo en la mano y preguntaba "?De qui¨¦n es esto?". "?Qui¨¦n ha dicho que quiere sucederme?" Y de uno en uno se levantan todos: "Yo". "Yo". "Yo". "Yo". ("Pues sus jod¨¦is, que ser¨¢ Ana, ja ja ja; no, no, es broma").
4. Pero ahora ya est¨¢.
Si Rodri quiere, los dem¨¢s pueden cantar misa. Zapatero quer¨ªa de rival a Rajoy. Qu¨¦ listo, Zapatero. Y Rato querr¨ªa a Caldera. Y el Madrid, que Gaspart no dimita nunca. Una vez Rato ha dicho s¨ª, ?c¨®mo le dice Aznar que no? "Oye, mira, Rodri, que he pensado en Acebes". Lo malo de Rato es que tiene aspecto de estar siempre pensando en otra cosa. Tiene cara de aguantarse las ganas de enviar a alguien a hacer g¨¢rgaras. Le ves en el telediario inaugurando cosas y si le cambias la frase "con esta inversi¨®n esta comunidad aut¨®noma ser¨¢ California", por otra tipo "qu¨¦ leche se me habr¨¢ perdido a m¨ª en este pueblo de mala muerte", el personaje es m¨¢s cre¨ªble. Rato contra Zapatero. Interesante. Es como enfrentar a David Bisbal con Joaqu¨ªn Sabina, seg¨²n gustos qui¨¦n Bisbal y qui¨¦n Sabina.
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