Cuatro perros de un club de carretera se lanzan sobre un hombre y le atacan durante diez minutos
El pasado 31 de diciembre, a plena luz del d¨ªa, un hombre se baj¨® del coche para hablar por tel¨¦fono. Se encontraba en el kil¨®metro 35 de la N-I, a la altura de San Agust¨ªn de Guadalix. A los pocos minutos, contemplaba at¨®nito, y sin tiempo para reaccionar, c¨®mo cuatro perros de presa, un pitbull, dos pastores alemanes y otro sin raza definida, sal¨ªan enfurecidos del club de carretera que se encuentra a pocos metros, el Club Guadalix, y se abalanzaron sobre ¨¦l. El ataque dur¨® diez minutos; despu¨¦s, por las buenas, de forma casi incomprensible, abandonaron a su presa y volvieron con su amo. Como consecuencia del ataque, la v¨ªctima, que ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, tiene 20 mordeduras profundas en las dos piernas y en un brazo. Hace un mes, estos mismos perros hirieron a otro hombre. En este caso la v¨ªctima tambi¨¦n necesit¨® asistencia m¨¦dica.
Eran las doce del mediod¨ªa. D. G.-B., de 44 a?os, viajaba por la carretera N-I en direcci¨®n Burgos, con su madre y sus dos hijos, de ocho y nueve a?os, para pasar la Nochevieja en Bilbao. A la altura de San Agust¨ªn de Guadalix son¨® el tel¨¦fono m¨®vil. "Como era una llamada importante, par¨¦ el coche y baj¨¦ para hablar", dice. Se detuvo junto a un parque y un establecimiento con luces rojas, llamado Club Guadalix, conocido en el pueblo como el Mississipi. Mientras hablaba, bordeando el parque por un camino p¨²blico, se cruz¨® con un hombre que paseaba con cuatro perros. "No me inmut¨¦; no tengo miedo a los perros. Me olieron y pasaron de largo con su due?o. El se?or se meti¨® en el club y los perros con ¨¦l", se?ala.
Cinco minutos m¨¢s tarde, los perros aparecieron otra vez por el camino. "Ven¨ªan hacia m¨ª. Ladraban fuera de s¨ª. Intent¨¦ aplacarlos. Yo estaba a 20 metros del coche, pero ellos me cortaban la retirada. Se mov¨ªan a mi alrededor, haciendo c¨ªrculos cada vez m¨¢s peque?os. Y me mord¨ªan de uno en uno. De pronto uno se met¨ªa, y mord¨ªa. La mayor¨ªa de los mordiscos fueron del pitbull", recuerda la v¨ªctima. "De repente, se distrajeron y se fueron por las buenas. Sin m¨¢s. O estaban recibiendo ¨®rdenes sin que yo me enterara u o¨ªan silbidos imperceptibles para el o¨ªdo humano. Me llam¨® la atenci¨®n ese grado de violencia. Si yo les molestaba, me pod¨ªan haber echado de cualquier otra forma. Pero no lanzarme a los perros". Todo esto ocurr¨ªa ante la presencia de su madre y de sus dos hijos.
El propietario del Club Guadalix, que se niega a dar su nombre aunque s¨ª se declara due?o de los perros, declar¨® que todo era mentira, que ¨¦l no sabe nada y que nadie le ha informado de nada. Los propietarios de este bar estuvieron implicados en una red de inmigraci¨®n ilegal de mujeres para el ejercicio de la prostituci¨®n que desarticul¨® la polic¨ªa en octubre de 2001.
Un portavoz de la Guardia Civil asegura que, tras la primera denuncia, efectuada el 3 de enero, "el perro qued¨® a disposici¨®n del due?o con la obligaci¨®n de que no lo sacara". A?ade que se ha denunciado a los animales ante la Comunidad de Madrid y que tambi¨¦n se ha pedido un reconocimiento por parte de veterinarios.
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