Los 500 cient¨ªficos del programa Ram¨®n y Cajal llevan tres meses esperando su contrato
El Gobierno publicit¨® la convocatoria como un din¨¢mico proyecto para recuperar cerebros
Los 500 investigadores que fueron seleccionados en la convocatoria del a?o pasado del programa Ram¨®n y Cajal, del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa (CyT), llevan tres meses esperando firmar los contratos que les permitan incorporarse a su trabajo. El programa se convoc¨® en enero del a?o pasado y, tras la evaluaci¨®n de todos los candidatos, la lista de los seleccionados fue firmada por el ministerio en septiembre, pero este departamento a¨²n no ha sacado la relaci¨®n de los investigadores asignados a cada universidad u organismo de investigaci¨®n para que ¨¦stos puedan firmar los contratos.
Los seleccionados esperaban la lista para firmar los contratos en octubre, tras varios tr¨¢mites y plazos administrativos, pero la ¨²nica respuesta que reciben desde entonces cuando piden informaci¨®n a CyT es un desesperante "la semana que viene", o "estamos intentando que sea la semana que viene", se quejan varios cient¨ªficos de este programa. El importe total de los contratos Ram¨®n y Cajal en 2002, correspondientes a 24 ¨¢reas cient¨ªficas, asciende a 22 millones de euros, que el ministerio no ha pagado a¨²n [ver EL PAIS del 6 de enero]. Y las listas de contratados no hab¨ªan aparecido ayer en la p¨¢gina web del ministerio.
"Ya me han dicho que, por supuesto, cobraremos a partir de la fecha de firma del contrato, de ninguna manera con car¨¢cter retroactivo", comenta a EL PA?S una de las seleccionadas. Lo cierto es que acab¨® el a?o de la convocatoria (2002) y el ministerio ni siquiera ha firmado a¨²n la orden de pago del monto total de los 308 cient¨ªficos del programa asignados a universidades. Tampoco ha pagado el importe correspondiene a los restantes, hasta 500, que van a los Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n (OPI).
CyT lanz¨® este programa a bombo y platillo como un plan de gran alcance para dinamizar el sistema espa?ol de ciencia y tecnolog¨ªa con investigadores altamente cualificados y formados. El programa se dise?¨® con tres convocatorias (2001, 2002 y 2003) con 2.000 plazas en total repartidas en 800 para la primera, 500 para la segunda y 700 para la tercera. Son contratos por cinco a?os. La primera anualidad de los investigadores corre enteramente a cargo de CyT, y a partir de la segunda disminuye esa participaci¨®n y va aumentando la de los centros en los que est¨¢n trabajando.
CyT no ha respondido a este peri¨®dico, tras preguntas insistentes durante ocho d¨ªas, para cu¨¢ndo esa previsto hacer p¨²blicas las listas de los seleccionados con los centros asignados de forma que se puedan cumplimentar los contratos. Una portavoz del ministerio asegur¨® que se pagar¨ªa el Ram¨®n y Cajal de 2002 en enero o febrero de 2003 y que el importe total correspondiente a los OPI se firm¨® en 2002, aunque no se ha procedido al pago. Tampoco ha precisado el ministerio con qu¨¦ fecha se firm¨® esta subvenci¨®n ni si se hab¨ªa procedido al pago de los 27 millones de euros correspondientes a la segunda anualidad de los seleccionados en la primera convocatoria (2001) del plan.
M¨¢s de un centenar de investigadores del programa han formado el Colectivo Ram¨®n y Cajal, que est¨¢ intentando aclarar su situaci¨®n. Todos ellos son investigadores con importantes curr¨ªculos, la mayor¨ªa de ellos ha estado varios a?os trabajando en el extranjero y fueron seleccionados tras ser evaluados por comit¨¦s de expertos (son el ¨²nico grupo de cient¨ªficos en Espa?a que ha tenido evaluaci¨®n externa, recuerdan ellos). Su salario bruto anual es de 28.500 euros m¨¢s 6.000 euros el primer a?o para iniciar su trabajo de investigaci¨®n.
Los seleccionados en 2002 siguen esperando y llaman a distintas puertas en busca de respuesta, pero en los centros donde van a trabajar (universidades y OPI) no pueden adelantarles los pagos, como a menudo hacen estas instituciones en otros casos de retrasos ministeriales, porque en en esta ocasi¨®n los investigadores no tienen ni siquiera contrato, no son a¨²n personal de esos centros, aunque algunos se han incorporado ya a trabajar sin recibir remuneraci¨®n.
Tras a?os de trabajo en universidades alemanas, una seleccionadal ¨¢rea de filolog¨ªa explica que se est¨¢ "buscando la vida haciendo traducciones" mientras sigue esperando que llegue su contrato. "Dejas muchas opciones porque piensas que te vas a incorporar ya y pasan los meses. Es un perjucio grave", dice. El colectivo destaca otros muchos casos similares, algunos de investigadores que han dejado sus trabajos en el extranjero, e incluso de problemas de visados no renovados.
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