Pepe Mart¨ªn lleva a escena dos mon¨®logos del autor italiano

Un coloquio de Magris con Mercedes Monmany, Francisco Jarauta y Jorge Herralde sirvi¨®, ayer tarde, para abrir un homenaje que va a durar casi una semana. Ma?ana, a las 20.00, Pepe Mart¨ªn afronta un "reto apasionante": representar dos mon¨®logos de Magris sobre un escenario. Ser¨¢ en la Sala de Columnas del C¨ªrculo de Bellas Artes, hasta el domingo 19. El espect¨¢culo dura 65 minutos e incluye las piezas Las voces y Haber sido.

El actor, que dirige e interpreta el montaje en solitario (salvo por la voz grabada de Paca Gabald¨®n), dice que es un "reto maravilloso desentra?ar los textos de Magris, desgranar su iron¨ªa c¨¢ustica, comprender sus denuncias sutiles, entrar en su rica ambig¨¹edad".

"Son textos muy pirandellianos, misteriosos, que juegan con raz¨®n y sinraz¨®n, verdad y mentira, ficci¨®n y realidad", a?ade Mart¨ªn. "Para Magris, el teatro es una forma de terapia, un juego autobiogr¨¢fico. Las voces tiene lirismo y grandes im¨¢genes, y su gancho dram¨¢tico es que se sabe c¨®mo empieza pero no c¨®mo acaba".

Haber sido, un texto de 10 minutos que Mart¨ªn sit¨²a a modo de ep¨ªlogo, "es un elogio del no tener que ser, del ser centroeuropeo, del dormir como antesala del ser, del insomnio como forma suprema de la lucidez". El actor, que hace cuatro a?os llev¨® a escena el mon¨®logo de Albert Camus La ca¨ªda, y que "si tuviera dinero montar¨ªa la obra que Magris escribi¨® sobre el secretario de Goethe", anticipa que su puesta en escena es "minimalista y con toques de jazz".

Magris agradeci¨® ayer al actor que haya decidido estrenar sus piezas en Espa?a: "Es un regalo fant¨¢stico, porque los textos teatrales nunca est¨¢n completos hasta que no se leen en escena".

Antes, hoy a las 20.00, Francisco Calvo Serraller y Lourdes Ortiz presentar¨¢n los dos libros publicados en Espa?a de la mujer de Magris, Marisa Madieri (Fiume, 1938-Trieste, 1996). Editados por Min¨²scula, son Verde agua, un diario considerado un cl¨¢sico que relata el tragic¨®mico ¨¦xodo de los pobladores de Fiume, ciudad italiana que en 1947 pas¨® a Croacia; y El claro del bosque, una f¨¢bula seca y delicada a la vez. "Fue una relaci¨®n de radical importancia para m¨ª", dice Magris. "Tanto, que todo lo que diga sonar¨¢ fatalmente ret¨®rico, y no porque fuera todo az¨²car y romance. Creo que si he podido cohabitar decentemente con mi parte d¨¦bil, en sombra, de un modo ¨¦pico y picaresco, fue, sobre todo, gracias a ella".