Litigio sobre una pensi¨®n
Perpleja he le¨ªdo el art¨ªculo de 18 de diciembre pasado donde se informa de que un prejubilado (don Eufemiano de C¨¦spedes) al que la pensi¨®n no alcanza, ha instalado su domicilio en un vag¨®n-mercanc¨ªa. Manifiesta que la escasez de la pensi¨®n se debe a que un juzgado le obliga a satisfacer la mitad de sus ingresos a un "hijo menor" cuando este se?or no tiene hijos menores.
Don Eufemiano y yo mantenemos un litigio como consecuencia de la pensi¨®n fijada por los tribunales en nuestra separaci¨®n. Dicho pleito est¨¢ ahora en sede constitucional y lo ¨²nico que pretende don Eufemiano es desfigurar la realidad y tratar de sensibilizar a la opini¨®n p¨²blica y los jueces con su causa.
Es un hecho probado en sentencia que don Eufemiano tiene unos ingresos superiores a las 300.000 pesetas mensuales. Adem¨¢s, dispone de un plan de pensiones que recientemente ha retirado en su integridad de la entidad depositaria. Tampoco se me escapa que dispone este se?or de la mitad indivisa de una finca en Guadarrama de 58.000 metros cuadrados. Nada me gustar¨ªa m¨¢s que, teniendo en cuenta la evoluci¨®n del mercado inmobiliario en Guadarrama, don Eufemiano pusiera precio a su patrimonio inmobiliario para que todos apreci¨¢ramos su paup¨¦rrima situaci¨®n, aunque no hay m¨¢s que ver el interior de su "nidito" para comprobar que no le falta detalle.
Lo que me apena es que haya quien entienda los ingresos familiares como de propiedad exclusiva del perceptor. No estoy dispuesta a consentir que a las esposas se nos ponga en la situaci¨®n de una mantenida o de una criada gratuita. Don Eufemiano decidi¨® formar una familia y para su sostenimiento adscribi¨® su salario mensual, y ello no significa que yo no trabajara durante los 35 a?os que dur¨® mi matrimonio. Claro que trabaj¨¦, y mucho, hombro con hombro para conseguir todo lo que logr¨® mi familia del sueldo de un "calderero".
Los ingresos familiares pertenecen a la familia y cuando ¨¦sta se disuelve pertenecen a sus miembros en la cuant¨ªa necesaria para atender a su sostenimiento, y lo que no es justo es que un individuo se crea con derecho a privar a su esposa del necesario sustento, oblig¨¢ndola a elegir entre fregar o pedir para mantenerse. Eso atenta contra la dignidad y la condici¨®n de la mujer.
La pensi¨®n de jubilaci¨®n no le pertenece a don Eufemiano, sino a su familia. De hecho, esa pensi¨®n trae causa del salario diferido a la Seguridad Social durante el matrimonio. Un matrimonio en el que yo tambi¨¦n he trabajado para la familia tanto como mi marido. Por eso, y siendo m¨¢s generosa que don Eufemiano, exijo que la pensi¨®n de jubilaci¨®n sea distribuida de acuerdo con las necesidades de cada uno, sin que yo me tenga que ver trabajando de limpiadora con 57 a?os mientras ¨¦l compone canciones de amor en su "nidito".
Ni los jueces son tan malos como los pinta don Eufemiano, ni le han dejado en tan precaria situaci¨®n, ni yo le pido nada, ni nada le tengo que agradecer. Reclamo lo que es m¨ªo porque lo he trabajado yo, y creo que despu¨¦s de 35 a?os tambi¨¦n me merezco la jubilaci¨®n.
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