Joan Ferrat¨¦, el dinamismo po¨¦tico
El poeta, cr¨ªtico y traductor Joan Ferrat¨¦ falleci¨® el pasado lunes por la ma?ana, a la edad de 78 a?os, en Barcelona. La noticia no trascendi¨® hasta ayer, cuando sus restos fueron incinerados en una intimidad cerrada, tal y como ¨¦l mismo hab¨ªa dispuesto con anterioridad. Nacido en Reus, Tarragona, en 1924, Joan Ferrat¨¦ fue, junto a su hermano y tambi¨¦n poeta Gabriel Ferrater, un intelectual de primer orden, inc¨®modo e inconformista, que despreciaba la mediocridad y los aspavientos provincianos de la cultura oficial. Se licenci¨® en Filolog¨ªa Cl¨¢sica y en 1945, para poner distancia entre su pa¨ªs y sus intereses culturales, acept¨® dar clases de griego en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba. Al final se qued¨® all¨ª por 15 a?os, hasta 1960, y de esa ¨¦poca data una de sus primeras traducciones: L¨ªricos griegos arcaicos, una antolog¨ªa de poes¨ªa griega antigua que confeccion¨® para utilidad de sus alumnos y que public¨® finalmente en 1968.
Tras trabajar durante un a?o como asesor t¨¦cnico para el Gobierno cubano, en 1962 Ferrat¨¦ se traslad¨® a la Universidad de Edmonton, en Canad¨¢, donde empez¨® ense?ando literatura espa?ola para, al cabo de un tiempo, dedicarse a la literatura comparada. Su m¨¢ximo inter¨¦s por la po¨¦tica y la teor¨ªa literaria le permiti¨® frecuentar los estudiosos m¨¢s destacados de la cr¨ªtica anglosajona y forjarse una mirada privilegiada de la literatura. Fruto de esta mirada son los m¨²ltiples art¨ªculos y ensayos que public¨®, la mayor¨ªa de los cuales fueron reunidos en el volumen Din¨¢mica de la poes¨ªa (1968), que supuso toda una revelaci¨®n en Espa?a. Poetas como Jorge Guill¨¦n, Carles Riba o sus coet¨¢neos y amigos Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma eran all¨ª analizados y comprendidos con gran finura.
Hasta que volvi¨® definitivamente a Espa?a, en 1985, Ferrat¨¦ vivi¨® a caballo de Edmonton y Barcelona. Entre 1970 y 1973 ejerci¨® como director literario de Seix Barral. Paralelamente a su labor cr¨ªtica y editora, Ferrat¨¦ continu¨® dedicado a la traducci¨®n, entendi¨¦ndola como forma de comprensi¨®n de los autores que amaba. Tradujo al catal¨¢n y castellano a Cavafis (1970), 25 poemas -"la m¨¢s hermosa de las traducciones que he le¨ªdo de los poemas de Cavafis", record¨® hace unos a?os Mario Vargas Llosa- y version¨® en catal¨¢n a muchos otros autores, entre ellos W. H. Auden, Randall Jarrell o el chino Du Fu; la versi¨®n comentada que hizo de The waste land (La terra gastada), de T. S. Eliot, es un prodigio de erudici¨®n y dominio de la lengua.
La mayor¨ªa de estas versiones fueron incluidas junto a su propia poes¨ªa, reunida bajo el t¨ªtulo Cat¨¤leg general (1952-1981), una breve obra po¨¦tica que descubre esencialmente a un poeta juguet¨®n, amante de la imitaci¨®n y la parodia, que sab¨ªa c¨®mo no tomarse en serio a s¨ª mismo.
En los ¨²ltimos a?os, ya jubilado, Joan Ferrat¨¦ sigui¨® estudiando a sus autores preferidos. Prepar¨® una edici¨®n can¨®nica de los poemas de Ausi¨¤s March; escribi¨® art¨ªculos y rese?as en diversos medios -que le proporcionaron un buen n¨²mero de pol¨¦micas y enemigos literarios, la mayor¨ªa a¨²n vigentes-; prepar¨® la edici¨®n de los papeles que hab¨ªa dejado in¨¦ditos su hermano Gabriel: informes, art¨ªculos, entrevistas, cartas, etc¨¦tera. De esta ¨¦poca tambi¨¦n es el ejemplar librito que re¨²ne su correspondencia con el poeta Jaime Gil de Biedma: un cruce de cartas que revela una fuerte amistad y una intensa influencia mutua.
En los ¨²ltimos meses, qui¨¦n sabe si hastiado por tanta median¨ªa, Ferrat¨¦ hab¨ªa dejado de escribir y leer, exceptuando a alg¨²n cl¨¢sico de vez en cuando, pero su capacidad para indignarse y rebelarse segu¨ªa intacta. Como un eco de ese gesto airado y divertido, profundamente l¨²cido, queda su obra.-
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