Participaci¨®n ciudadana, un impulso democr¨¢tico
Aquellas voces que hace unos a?os acusaban a l@s j¨®venes de ser la generaci¨®n X, las mismas que ve¨ªan en "Historias del Kronen" un fiel reflejo de la juventud sin valores, sin principios, ego¨ªsta y agresiva, perciben como espectadores desconcertados una realidad bien distinta a la que predec¨ªan. No pretendo hacer en este espacio de reflexi¨®n una defensa de mi generaci¨®n por el hecho de pertenecer a ella, simplemente intentar¨¦ se?alar algunos de los aspectos que, bajo mi modesto parecer, han hecho cambiar la percepci¨®n que a d¨ªa de hoy se tiene de l@s j¨®venes.
Es muy duro para determinados creadores de opini¨®n, voceros de la doctrina popular, reconocer que a pesar de todos sus esfuerzos l@s j¨®venes seguimos teniendo inquietudes, nos movilizamos por aquello que consideramos justo, y nos dotamos de espacios de participaci¨®n donde poder desarrollar nuestras iniciativas. Pues s¨ª, y aunque parezca mentira hacemos todo esto con trabajos temporales y precarios, viviendo en casa de nuestros padres y con el acceso a la cultura a unos precios abusivos.
Es dif¨ªcil hablar de participaci¨®n cuando nuestros gobernantes confunden este t¨¦rmino con poder mandar mensajes desde el m¨®vil para decidir si abandona la "Academia" uno u otro concursante, pero intentemos no dejarnos cegar por tan dura realidad. En el modelo participativo del PP, los espa?olitos y espa?olitas podemos elegir a nuestro representante en Eurovisi¨®n (previo pago del coste del mensaje), pero no somos consultados ante reformas educativas, decretazos, o la previsible entrada en una Guerra contra Irak. As¨ª entiende la participaci¨®n el mismo gobierno populista que herido por las encuestas de su desastroso ¨²ltimo a?o de gesti¨®n, se agarra a las condenas por terrorismo como ¨²nico barniz capaz de tapar tanto chapapote.
M¨¢s all¨¢ de todas estas circunstancias l@s j¨®venes tenemos inquietudes y las expresamos mediante distintas formas de participaci¨®n. Muchos de los movimientos y las movilizaciones del ¨²ltimo a?o han contado con gran presencia joven. Las movilizaciones durante el semestre de presidencia europea de Barcelona, Madrid o Sevilla, las movilizaciones contra la LOU o la LOCE, la Huelga General del 20-J, o la respuesta ciudadana al desastre medioambiental del Prestige son claros ejemplos de ello. Pero la participaci¨®n no se reduce a las movilizaciones. Un n¨²mero importante de j¨®venes participamos activamente en ONG?s, como voluntarios (basta con recordar los "monos blancos" en Galicia) o en los movimientos sociales de respuesta a la globalizaci¨®n. Este movimiento de movimientos cuenta con asociaciones cristianas, colectivos de barrio, asociaciones universitarias, ecologistas, pacifistas, de inmigrantes, de trabajador@s, en defensa de las libertades, de solidaridad con distintos pueblos, vecinales, sindicales, organizaciones pol¨ªticas... todos ellos distintos espacios desde los que intervenir pol¨ªtica, cultural o socialmente.
Todos estos actores, sujetos, sociedad civil en definitiva, deben de ser reconocidos como interlocutores y no como meros destinatarios si de verdad creemos en la participaci¨®n y en el desarrollo de la democracia. Entendemos que este es el reto que tenemos sobre la mesa las organizaciones pol¨ªticas de la izquierda transformadora, el ser capaces de avanzar hacia un modelo de democracia participativa. Esta tarea seguir¨¢ siendo dif¨ªcil mientras sigamos sufriendo gobernantes que practican la "valiente" pol¨ªtica que apuesta por m¨¢s mecanismos de control de una sociedad, que merec¨ªa espacios de participaci¨®n en lugar de chapapote y represi¨®n. Como comenta el Subcomandante Marcos (tan criticado en las ¨²ltimas fechas por apostar por el di¨¢logo): "Es necesario seguir construyendo una alternativa en la que quepan todos los que hablamos y, sobre todo, todos los que callamos...".
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