La renuncia de Steve Case certifica la crisis de un modelo de 'nueva econom¨ªa'
Tres a?os despu¨¦s de la fusi¨®n m¨¢s grande de la historia, la salud del imperio medi¨¢tico Time Warner no se ha fortalecido y el otrora imparable portal America Online se ha debilitado
Al repartidor de pizzas le han quitado la moto. Steve Case, el presidente de AOL Time Warner, el creador del primer negocio (bueno) de Internet, AOL, ha renunciado a su puesto tras aguantar durante meses el hostigamiento de los principales accionistas de la compa?¨ªa que ¨¦l compr¨® hace tres a?os.
A los 26 a?os, tras probar en distintos trabajos entre ellos responsable de mercadotecnia de una conocida marca de venta de pizzas, funda Quantum Computer para dar servicios por red a ordenadores Commodore. En 1991, la empresa cambia a su actual nombre y un a?o despu¨¦s sale a bolsa a 11,50 d¨®lares la acci¨®n. Para entonces, Case, que nunca sobresali¨® por su habilidades inform¨¢ticas, pero s¨ª por su olfato comercial, estaba convencido de que el ¨¦xito en inform¨¢tico se basa en d¨¢rselo todo hecho al consumidor.
El portal Aol.com sigue siendo as¨ª: el abonado entra en ¨¦l y tiene todos los servicios que necesita y de forma sencilla; de tal modo que se suele decir que el norteamericano (donde tiene el 80% de su clientela) apenas sabe navegar por Internet, navega por AOL.
Durante su desarrollo, Case resisti¨® un intent¨® de Bill Gates, primero amigable y luego no tanto, por hacerse con AOL. Case gan¨®. Hoy AOL tiene 35 millones de abonados que pagan mensualmente una cuota de 24 euros. Es el sitio m¨¢s visitado del mundo y durante m¨¢s tiempo. El usuario se pasea por ella una media de 90 minutos.
En el a?o 2000, las cuentas de AOL a¨²n eran m¨¢s bonitas que hoy. En aquellos d¨ªas felices, la acci¨®n de AOL val¨ªa 56 d¨®lares; la de Time menos de la mitad. La semana pasada, la acci¨®n de AOL Time Warner cerraba a 14,88.
En aqu¨¦l a?o, la nueva econom¨ªa y las puntocom alcanzaron su c¨¦nit. El humo se cotizaba a millones de d¨®lares, por eso no era chocante para los gur¨²s de la nueva econom¨ªa que AOL, que no vend¨ªa humo, sino que ya daba beneficios, adquiriera por doble contra sencillo Time Warner, un gigante con pies muy pesados frente a la agilidad y rapidez de las empresas de la nueva econom¨ªa.
La fusi¨®n perfecta
Parec¨ªa la fusi¨®n perfecta: uno pon¨ªa los internautas y el otro pon¨ªa, prensa, m¨²sica, televisi¨®n y cine; uno pon¨ªa 20 millones de abonados mensuales, y el otro millones de lectores y espectadores; uno pon¨ªa una salud financiera envidiable y la acci¨®n por las nubes; el otro pon¨ªa un gran volumen de negocios y una acci¨®n ni fu ni fa.
Era lo que los dos protagonistas de la fusi¨®n, Steve Case y Gerarld Levin, llamaron "la compa?¨ªa de comunicaci¨®n del siglo XXI". Quisieron unir los mejor de cada mundo; pero, lo mismo que aquel chiste sobre un hijo de Einstein y Marilyn Monroe, parece que ha ocurrido lo contrario.
Cuando se aprob¨® la fusi¨®n (enero de 2001), las cosas ya no eran como en 2000. La nueva econom¨ªa hab¨ªa reventado y la bolsa tambi¨¦n. AOL Time Warner comienza a dar vaivenses. El otro protagonista de la fusi¨®n Gerarld Levin, se va. Hace unos meses cay¨® otro de los fundadores de AOL, Robert Pittman. La sombra de Ted Turner (CNN), arrinconado, comienza a reaparecer.
AOL sigue creciendo en abonados, ahora tiene 35 millones, y su empresa de mensajes inst¨¢ntaneos (ICQ) supera los 100 millones de abonados; pero pierde comba en el acceso r¨¢pido a Internet, donde Time Warner no llega con su servicio de cable y es, adem¨¢s, m¨¢s caro que la competencia. La ca¨ªda de la publicidad hiere gravemente sus perspectivas, y el portal de Microsoft MSN se constitute en un gran rival. En pocos a?os, parece que todo lo que AOL deb¨ªa aportar a Time Warner se desmorona, hasta el punto que sus ejecutivos barajan la posibilidad de perder lastre, haciendo lo contrario que hace tres a?os: desgajar AOL. La introducci¨®n en Espa?a de AOL tampoco tuvo ¨¦xito.
La mayor fusi¨®n de la historia, valorada en 56 billones de pesetas de entonces, no parece hoy el mayor ¨¦xito del siglo. As¨ª que Case, harto de las cr¨ªticas contra su persona, dice que se aparta del camino para que la empresa siga adelante: "Cre¨ª en AOL cuando lo fund¨¦; cre¨ª en AOL Time Warner cuando lo creamos, y continuo creyendo en el gran potencial de esta compa?¨ªa", dijo Case en su despedida. "Aunque mi papel en la empresa cambiar¨¢, mi entusiamo por ella no va a disminuir". Richard Parsons, que dirige la empresa desde hace un a?o, le acept¨® la renuncia para mayo.
Esc¨¢ndalos financieros
Case parece el chivo expiatorio de una empresa que no acaba de encontrar trajes a su medida y los antiguos no le valen. A una cadena de esc¨¢ndalos financieros, investigaciones burs¨¢tiles y malos resultados econ¨®micos, se le a?ade que a final de mes deber¨¢ provisionar 10.000 millones de d¨®lares para hacer frente a su crisis.
Hace un a?o, la compa?¨ªa ya hizo una provisi¨®n r¨¦cord de 54.000 millones que reflejaba la p¨¦rdida de valor burs¨¢til desde que la fusi¨®n fue anunciada en enero de 2000 y ejecutada un a?o despu¨¦s por 106.000 millones de d¨®lares. Aquella provisi¨®n es insuficiente y se espera que dentro de dos semanas la ampl¨ªe.
Los accionistas de AOL Time Warner (Ted Turner, entre ellos) responsabilizan a Case de hacer desaparecer el 70% del valor de la compa?¨ªa y le acusan de engatusar a los jefes de Time Warner con el brillo de Internet y las fabulosas sinergias entre nueva econom¨ªa-Internet (AOL) con la cultura tradicional (Time). Finalmente, despu¨¦s de tanta ingenier¨ªa financiera y planes para el siglo XXI, que cuadren las cuentas anuales del gran imperio AOL Time Warner, depende solamente de dos variables: Harry Potter y El se?or de los Anillos.
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