El uso del correo electr¨®nico en horario laboral enfrenta a empresas y sindicatos
El goteo de casos judiciales sobre el uso e inspecci¨®n del correo electr¨®nico en las empresas espa?olas evidencia una interpretaci¨®n muy distinta del marco jur¨ªdico por parte de los sindicatos y de las empresas. Al no contemplar las leyes una normativa espec¨ªfica sobre el correo electr¨®nico laboral, las disputas judiciales se basan en apelaciones a art¨ªculos que, por analog¨ªa, ser¨ªan aplicables en este tipo de conflictos.
El n¨²cleo de la pol¨¦mica se centra en dos conceptos. Por un lado, la literatura empresarial sostiene que el trabajador que gestiona una cuenta de correo electr¨®nico de la empresa est¨¢ utilizando una herramienta de la misma que est¨¢ pensada para usos laborales.
Dado que las leyes contemplan una responsabilidad de las empresas por las conductas de sus trabajadores en las mismas, ¨¦stas argumentan que necesitan unas m¨ªnimas facultades de vigilancia sobre tales conductas. Igualmente rechazan que la revisi¨®n del correo electr¨®nico de un trabajador vulnere el derecho a la intimidad porque se supone que en este correo profesional no hay tr¨¢fico de datos personales o privados.
Negociaci¨®n
Los sindicatos consideran inadmisible que las empresas restrinjan un derecho fundamental de los ciudadanos. El derecho a la intimidad sigue siendo exigible aunque se est¨¦ en una oficina y ha de prevalecer sobre el derecho que da la propiedad de la herramienta. Ante el vac¨ªo legal, los sindicatos consideran que la mejor f¨®rmula es negociar en las empresas y convenios un protocolo de uso de las nuevas tecnolog¨ªas por parte de los trabajadores.
La monitorizaci¨®n del correo de un trabajador y su apertura por parte de la empresa preocupan a los sindicatos. ?stos defienden que se aplique el mismo criterio que establece el Estatuto de los Trabajadores para la apertura e inspecci¨®n de una taquilla personal. ?sta s¨®lo puede abrirse por parte de la empresa si se sospecha de la conducta de un trabajador concreto y debe hacerse en presencia de una tercera persona, representante de los trabajadores, que testimonie la pulcritud de la inspecci¨®n. En el caso del correo electr¨®nico el miedo sindical a una inspecci¨®n unilateral por parte de la empresa se centra, al margen del derecho que consideran vulnerado, en una posible manipulaci¨®n digital de los contenidos. La Asociaci¨®n de Internautas y CC OO han pedido la reforma del Estatuto de los Trabajadores.
Seg¨²n una encuesta de PwC e IESE entre 91 empresas espa?olas, una de cada tres grandes compa?¨ªas proh¨ªbe el uso privado del correo electr¨®nico. Cuatro de cada cinco grandes firmas tienen alguna pol¨ªtica sobre uso de la Red, pero menos de la mitad aplica c¨®digos que la definan. El correo est¨¢ menos controlado (24%) que la navegaci¨®n por Internet. S¨®lo el 12% permite usar libremente Internet y un 14% aplica esta pol¨ªtica al correo digital. Un 17% asegura supervisar a todos sus trabajadores.
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