Fr¨ªo y tedio a la espera del 'derby'
El Atl¨¦tico se quita de encima el tr¨¢mite copero ante el Xerez, al que gole¨®
Falto de motivaci¨®n, escaso de hinchada y congelado, el Atl¨¦tico se conden¨® a una noche insoportable y, por momentos, peligrosa. Hasta que los goles ejercieron de calmante, entre estornudo y estornudo, la afici¨®n, poca, reuniendo la peor entrada del siglo en este campo, murmuraba o protestaba. Se indignaba, poco a poco, ante la insistencia de los suyos en jugar con fuego, ante la sensaci¨®n de que el Xerez, sin revoluciones ni arabescos, le com¨ªa el terreno, por puro tedio, a una eliminatoria aparentemente resuelta en la ida.
Hasta que Javi Moreno, al filo del descanso, decidi¨® aprovechar de una vez los env¨ªos largos con los que Nagore le fue invitando a reivindicarse durante todo el duelo. El delantero control¨®, avanz¨®, se deshizo del portero y marc¨® a placer. Sepult¨® la eliminatoria, pero no reanim¨® a sus compa?eros, visiblemente presos de la desilusi¨®n. Su inclusi¨®n en el once de ayer -salvo en el caso de Sergi, que necesita minutos de juego para ponerse en forma-, les garantiza su ausencia en el derby del domingo. Y esa cita -se advirti¨® tambi¨¦n en los c¨¢nticos con los que el Frente Atl¨¦tico pretendi¨® calentar la velada-, es la que tiene a los rojiblancos en vilo, hacia la que miran todos, jugadores y aficionados, con brillo en los ojos, a lo que huele el Calder¨®n.
Fernando Torres, la figura sobre la que reposan en su totalidad los renacidos alientos de esperanza de la casa, no estaba. Ni tampoco, salvo Sergi, ninguno de los h¨¦rores del partido del domingo anterior ante el Deportivo. Por no estar, no estaba ni Jes¨²s Gil, el due?o, retenido en su casa por el fr¨ªo y, quiz¨¢s, por el viento en contra que sopla en estos d¨ªas por el Manzanares. Una pancarta se lo record¨® -"Gil, fuera"-, el tiempo que los empleados la dejaron a la vista en la grada lateral. El caso es que la contienda hab¨ªa sido rebajada a conciencia y nada, ninguno de los condimientos que reuni¨®, sum¨® para levantarla. Ni siquiera Schuster, que, con lo que apretaba, se fug¨® del banquillo r¨¢pidamente forzando su expulsi¨®n.
El Xerez, sin tranco ni recursos, amenaz¨® al Atl¨¦tico con dos o tres sustos en la primera parte, y con otros cuantos en la segunda -incluso con tres goles fantasmas consecutivos en la misma jugada-. Pero tampoco se le vio muy convencido de que fuera su noche. Y luego, se entreg¨® para que el Atl¨¦tico maquillara con goles su sesi¨®n, con Javi Moreno vini¨¦ndose arriba.
Santi y Otero, dos de los atacados por Gil en la reciente semana de crisis, recibieron la indiferencia de la grada, que ni se puso en su favor ni en su contra. Y Dani, probablemente al futbolista que m¨¢s apetec¨ªa ver, escondido fuera de las convocatorias durante lo que se lleva de curso, tampoco se anim¨®. Pas¨® por el partido casi clandestinamente, sin presencia ni talento, lo que le anuncia un seguro viaje de vuelta al rinc¨®n del olvido. Stankovic, ¨¦se s¨ª, volvi¨® a recordar su importancia a bal¨®n parado.
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