El vals franco-alem¨¢n

La nueva Europa necesitaba un nuevo y constructivo despertar de la pareja franco-alemana. Cuando ¨¦sta se dispone a afirmar sobre nuevas bases el Tratado del El¨ªseo que De Gaulle y Adenauer suscribieron 40 a?os atr¨¢s, Chirac y Schr?der han dado un decisivo paso adelante en la agenda europea y bilateral. No era f¨¢cil. Cada uno cre¨ªa que el otro iba a perder en las elecciones de 2002 en sus respectivos pa¨ªses; y los problemas que separan a Francia y Alemania son de peso. Pero, como 40 a?os atr¨¢s, han sabido cruzar intereses y hacer concesiones mutuas, que siguen al reciente acuerdo para aplazar la reforma agr¨ªcola y financiera a 2007.

A falta de su concreci¨®n y de la negociaci¨®n con los dem¨¢s en la Convenci¨®n constitucional, las propuestas institucionales para la UE merecen ser discutidas en profundidad. Con una bicefalia de hecho -un presidente del Consejo elegido por los jefes de Estado y de Gobierno, y otro de la Comisi¨®n, elegido por el Parlamento Europeo- se preserva el equilibrio institucional b¨¢sico en la construcci¨®n de este objeto pol¨ªtico de nuevo cu?o que es la UE, lejos del tradicional esquema de divisi¨®n de poderes de Montesquieu. No es lo que quer¨ªa Joschka Fischer. Pero, pese a que no guste a los pa¨ªses peque?os, un presidente m¨¢s permanente del Consejo evitar¨ªa la falta de continuidad que supondr¨ªa una rotaci¨®n semestral en una Europa de 25.

La creaci¨®n de un ministro europeo de Asuntos Exteriores viene a ponerle un pie en la Comisi¨®n al actual alto representante, ayudado por una toma de decisiones por mayor¨ªa cualificada. Pero para el futuro de esta diplomacia com¨²n cuenta m¨¢s el contenido que las estructuras. Y en este sentido, el futuro puede quedar marcado por los pronunciamientos europeos ante el conflicto con Irak. Chirac y Schr?der piden al menos una segunda resoluci¨®n, opini¨®n que Blair y Aznar no comparten en t¨¦rminos de absoluta necesidad, lo que fija dos posiciones entre los cuatro pa¨ªses que se sientan en el Consejo de Seguridad. Militarmente, Par¨ªs prepara sus tropas; Londres ha iniciado el env¨ªo; Alemania se queda al margen; y Aznar no termina de desvelar sus cartas, pero apoya sin condiciones la pol¨ªtica de Bush.

La relaci¨®n franco-alemana es mucho m¨¢s profunda que un mero acuerdo sobre las instituciones de la UE. Viene de la superaci¨®n de un siglo de guerras. Es importante la coordinaci¨®n entre sus Gobiernos, con consejos de ministros conjuntos, cooperaci¨®n militar y diplom¨¢tica, como subrayan las celebraciones del Tratado del El¨ªseo. Pero a¨²n lo es m¨¢s alimentar la cooperaci¨®n entre ambas sociedades, acercando sus sistemas educativos y jur¨ªdicos, su cultura y sus intercambios de todo tipo. Tambi¨¦n cumple 40 a?os el Consejo de la Juventud que ha beneficiado a siete millones de j¨®venes en ambos pa¨ªses, un ejemplo que Europa ha seguido con los programas Erasmus. ?sa es la mejor forma de crear sociedad europea, sin la cual la construcci¨®n pol¨ªtica quedar¨¢ siempre en el aire.