Homenaje a V¨¢clav Havel

La mayor¨ªa de los lectores espa?oles desconoce el alcance moral de la literatura samizdat: libros hechos en casa por aquellos disidentes que sufrieron la censura de los reg¨ªmenes totalitarios.

Ayer, d¨ªa 15 de enero, V¨¢clav Havel abandon¨® la presidencia de la Rep¨²blica Checa. Quisiera rendir homenaje a una de las personas que mejor han encarnado el esp¨ªritu de la naci¨®n, haci¨¦ndome eco de sus palabras, que estuvieron condenadas al silencio.

En una carta dirigida a Ludv¨ªk Vacul¨ªk, fechada en Hradecek el 25 de enero de 1976, Havel escribe: "Ninguno de nosotros sabe de antemano cu¨¢nto soportaremos, ni lo que nos ser¨¢ dado soportar. Ninguno de nosotros hab¨ªa decidido de antemano que ser¨ªamos disidentes. Hemos hecho modestamente algunas cosas que ten¨ªamos que hacer y que nos parec¨ªa decente hacer; ni m¨¢s ni menos".

En un samizdat titulado 202, escrito el 17 de enero de1978, Havel se define a s¨ª mismo como "una persona que no se pone f¨¢cilmente furiosa en las ocasiones importantes, como cuando me meten en la c¨¢rcel, me calumnian p¨²blicamente o confiscan mi apartamento. Eso no va con mi car¨¢cter. Suelo hacerlo cuando se trata de cosas sin importancia". Havel se refiere a cuando fue expulsado de un bar y empez¨® a dar patadas a la puerta: "Aquello fue, en definitiva, la v¨¢lvula de escape del hombre sin poder que descarga toda su ira contenida sobre una puerta, por todas las grandes y complejas humillaciones que le rodean en su vida. Las personas no son seres sobrehumanos y a veces pierden los nervios".

Pero Havel, como aparece ante los ojos del escritor Bohumil Hrabal y ante muchos de nosotros, "fue un h¨¦roe que, del mismo modo que los h¨¦roes de la antig¨¹edad, arrebat¨® el fuego sagrado a los comunistas y se convirti¨® en la fuerza motriz de la revoluci¨®n".