La Generalitat repartir¨¢ jeringas en la prisi¨®n de Tarragona

Finalmente los presos drogodependientes podr¨¢n recibir jeringas de forma legal en los centros penitenciarios. Once a?os despu¨¦s de los primeros intentos, hasta ahora frustrados por las reticencias de los funcionarios de prisiones, la c¨¢rcel de Tarragona comenzar¨¢ a suministrar jeringas a partir del 1 de marzo. Aunque, eso s¨ª, dentro de un plan piloto y en un periodo de prueba de seis meses.

Tras cuatro a?os de dudas, el Departamento de Justicia ha decidido dar el visto bueno a un proyecto que en el Pa¨ªs Vasco lleva ya 12 a?os aplic¨¢ndose y que la mitad de los centros penitenciarios espa?oles han puesto en marcha con ¨¦xito. Con ello se pretende evitar que los presos drogodependientes tengan que conseguir las jeringas ilegalmente o, peor todav¨ªa, compartirlas con otros compa?eros, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades, como el sida.

El 35% de los 7.000 presos catalanes son seropositivos, porcentaje que se eleva al 50% en el caso de los reclusos drogodependientes. A pesar de esta situaci¨®n y de que el sida es una de las primeras causas de mortalidad en los centros penitenciarios, algunos sindicatos de funcionarios nunca han querido aceptar los programas de distribuci¨®n de jeringas que ya se aplican en la mayor parte de los pa¨ªses europeos.

Y siguen sin quererlo. Ayer mismo, el sindicato Catac lanz¨® una nueva ofensiva contra los planes del Departamento de Justicia con la amenaza de emprender "medidas legales" y "querellas criminales".

Funcionarios descontentos

Catac, el sindicato mayoritario entre los funcionarios, entiende que repartir jeringas "aumentar¨¢ el consumo de drogas en las prisiones, lo que comporta un aumento del tr¨¢fico de droga y las l¨®gicas consecuencias de violencia y extorsiones".

No piensa lo mismo la consejera de Justicia, N¨²ria de Gispert, que considera que repartir jeringuillas es s¨®lo el ¨²ltimo eslab¨®n para aquellos presos que no consiguen abandonar sus drogodependencias con los programas de desintoxicaci¨®n ya existentes en las c¨¢rceles. Adem¨¢s, seg¨²n De Gispert, el plan piloto se iniciar¨¢ en Tarragona porque "la poblaci¨®n penitenciaria no tiene excesivos problemas de drogas, la capacidad de la prisi¨®n es media [280 internos] y hay una direcci¨®n capaz de coordinar y dirigir el programa".

En marzo, los reclusos que se sumen a la iniciativa del Departamento de Justicia comenzar¨¢n a recibir las jeringas, que tambi¨¦n constituyen una novedad porque son retr¨¢ctiles, es decir, una vez que el interno se inyecta la droga, la aguja queda escondida para evitar contagios entre presos y funcionarios. Con ello se pretende reducir al m¨¢ximo las reticencias de los funcionarios y demostrar que repartir jeringas, lejos de aumentar la conflictividad, puede contribuir a rebajar el clima de tensi¨®n existente en los centros penitenciarios.