Los 60 a?os de Janis Joplin
Se lanzan un recopilatorio y un libro dedicados a la cantante tejana
Tal d¨ªa como hoy, Janis Joplin deber¨ªa haber cumplido los 60 a?os. Un aniversario que invita a las especulaciones ociosas -?habr¨ªa lanzado el obligado disco con raperos y magos del dance?- y que coincide con la publicaci¨®n de un apasionado libro sobre su arte y su figura, Janis Joplin (C¨¢tedra), del periodista Mariano Muniesa, y la salida de un nuevo recopilatorio, The essential Janis Joplin (Sony), que aporta temas in¨¦ditos en directo.
Conviene recordar que Janis Joplin hab¨ªa editado tres discos conteniendo su voz -dos con Big Brother and the Holding Company, uno al frente de la Kozmic Blues Band- cuando falleci¨®, el 4 de octubre de 1970; Pearl, el disco que estaba elaborando en sus ¨²ltimos d¨ªas, sali¨® en 1971 y fue su mayor ¨¦xito. En los 30 a?os que han pasado, se han ido editando otras ocho referencias, recuperando incluso grabaciones de sus a?os oscuros, a las que ahora se suma The essential Janis Joplin, que ha sido precedido por una remezcla de Mercedes Benz.
Concebida por el colectivo Medicine Head, se trata de un injerto despiadado del humor¨ªstico canto de Janis -compuesto en alcoh¨®lica hermandad con el poeta Michael McClure y el cantautor Bobby Neuwirth- en una machacona base electr¨®nica. La remezcla ha despertado cierta indignaci¨®n entre el nutrido p¨²blico de Joplin, que sigue siendo uno de los grandes paradigmas del rock en femenino. Una relevancia que seguramente tiene m¨¢s que ver con su deslumbrante leyenda que con su legado musical.
Se podr¨ªa arguir que rara vez tuvo acompa?antes a su altura o el tiempo necesario para refinar su desgarrado dramatismo, ya notablemente moderado en Pearl, pero el mito de Janis conserva su potencia: la chica sensible que naci¨® en una localidad conservadora (y pr¨®spera) de Tejas, que huy¨® hacia la universidad esperando encontrar un para¨ªso beat (y all¨ª sufri¨® nuevas humillaciones) y que, manteniendo peligrosos flirteos con la anfetamina y otras drogas, termin¨® en la liberal San Francisco, donde electrific¨® su arte rural y fue participante en la formulaci¨®n de la contracultura hippy.
Como en un cuento de hadas, la mesmerizante aparici¨®n de Big Brother en el Festival de Monterrey (1967) fue recompensada con dos contratos: uno de management con Albert Grossman, el representante de Bob Dylan; otro de grabaci¨®n con Columbia, la almidonada discogr¨¢fica que comenzaba su despegue bajo la direcci¨®n del astuto Clive Davis. Es leyenda que Janis quiso sellar el pacto con Davis invit¨¢ndole a "un revolc¨®n", que el apurado directivo decidi¨® declinar.
En su nutrida bibliografia se repiten centenares de an¨¦cdotas similares que reflejan el deleite de Janis en romper los esquemas, incluyendo su voracidad bisexual. No debe extra?ar la fascinaci¨®n que ejerce sobre Hollywood: aunque ya exista una pel¨ªcula basada en su personaje (La rosa, 1979), est¨¢n en preparaci¨®n al menos dos m¨¢s con pretensiones de contar "la verdadera historia de Janis Joplin".
Dado el clima reinante en Hollywood, no ser¨¢ f¨¢cil. La vida de Janis estuvo marcada por las fracturas de la sociedad estadounidense: la represi¨®n del inconformismo que fue una de las consecuencias de la guerra fr¨ªa, la marginaci¨®n de la m¨²sica de la comunidad afroamericana, la insurrecci¨®n juvenil que se hizo multitudinaria en los sesenta... Tambi¨¦n su muerte deriv¨® del gran conflicto de aquella ¨¦poca: su cuerpo no resisti¨® un chute de hero¨ªna del 50% de pureza, el mort¨ªfero caballo tailand¨¦s que volv¨ªa de matute en el equipaje de los soldados que hab¨ªan terminado su servicio en Vietnam.
Babelia
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