La tenacidad rescata al Depor

Se le podr¨¢n reprochar muchas cosas a este Deportivo que no acaba de brillar, pero entre ellas no se encuentra la desidia. Porque la tendencia a los goles en los suspiros finales no puede ser producto de la casualidad, sino de la ciega confianza en sus posibilidades. La tenacidad se ha convertido en su virtud fundamental, si no la ¨²nica, porque el equipo conden¨® ayer a su afici¨®n a otra tarde de f¨²tbol intrascendente, s¨®lo auxiliado por la porf¨ªa y la irrupci¨®n de Donato, la otra noticia de la jornada.

Porque fue Donato quien realmente puso al Deportivo en un partido del que el Athletic lo hab¨ªa sacado con su plan para fracturar al rival por la mitad. En medio de una espesura generalizada, el grupo de Heynckes se diferenci¨® al menos del Deportivo en su proyecto. Los de Irureta fueron el mismo y previsible equipo de los ¨²ltimos dos meses mientras que el Athletic ten¨ªa un plan. Esper¨® a los de Riazor detr¨¢s de la divisoria y meti¨® a sus centrales en las camisetas de Trist¨¢n y Makaay, lo que provoc¨® la quiebra de un equipo que sin Valer¨®n anda hu¨¦rfano.

Tal y como iba el partido, el gol de Ezquerro al inicio de la segunda mitad pudo ser uno de esos golpes que dejan definitivamente noqueado al rival, pero Donato s¨®lo tard¨® dos minutos en aparecer en escena. A sus 40 a?os, no habr¨¢ quien le discuta intuici¨®n; ese sexto sentido que le hizo irrumpir por un pasillo inventado para cabecear una falta que sac¨® V¨ªctor. Nadie le vio llegar, pero all¨ª estaba el abuelo del Deportivo para agarrarse a un Athletic que se le escurr¨ªa.

A recobrar la iniciativa contribuy¨® el ingreso de Fran, porque ni Amavisca ni V¨ªctor lograban enchufarse a los delanteros por los costados, ¨²nicas v¨ªas accesibles para el Deportivo. Y durante unos minutos pareci¨® regresar el equipo autoritario del inicio del campeonato. Falso, porque, a la que se estir¨® el Athletic, volvi¨® a permanecer a expensas de lo que su rival fallara en el ¨¢rea, que no fue poco. Pareci¨® como si los de Irureta supieran que, m¨¢s pronto o tarde, la cosa se acabar¨ªa resolviendo porque, sin modificar el ritmo, hallaron el empate en una jugada de las que hacen mucho da?o. Bast¨® un c¨®rner de Luque para que Karanka, en medio de una inexplicable estamp¨ªa hacia el primer palo, desviara el bal¨®n con su cuerpo y anotase en su porter¨ªa. S¨®lo faltaban seis minutos para el final.