M¨¢s all¨¢ de la realidad
Los estadounidenses exigen mayor transgresi¨®n a los guionistas de las series de ficci¨®n, como demuestran los Globos de Oro
Polic¨ªas corruptos, detectives con fobias y c¨®micos neur¨®ticos empiezan a cambiar el aspecto de la televisi¨®n en Estados Unidos. Las nuevas telecomedias se alejan de la familia convencional aglutinada en torno a la mesa del comedor y las series dram¨¢ticas est¨¢n cansadas de comisar¨ªas convencionales o abogados impecables. El brote de telerrealidad que tanto da?o est¨¢ haciendo a la factor¨ªa estadounidense de ficci¨®n parece haber servido al menos para empujar las fronteras de lo permisible en los dramas y las comedias. Los espectadores, suficientemente asustados por lo que ven en los reality shows, exigen imperfecciones en los protagonistas de sus series favoritas.
Este fen¨®meno beneficia especialmente a los canales minoritarios o a las cadenas de pago, poco constre?idas a los moldes narrativos convencionales. Muchos productos inadvertidos por el gran p¨²blico proporcionan a la televisi¨®n de EEUU la calidad que los reality shows se han llevado por delante en los grandes canales generalistas. Quedan lejos los a?os en que Abogados y Ally McBeal acaparaban los Globos de Oro que entrega la prensa extranjera acreditada en Los ?ngeles, exentos, por tanto, de los condicionantes empresariales que ensucian otros galardones. Salvo el premio a Jennifer Aniston por su papel en Friends (que es el principio de las ceremonias de despedida de la serie que Canal + ofrece en su octava temporada), los Globos han ignorado a las grandes cadenas.
Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, The Shield, una serie de polic¨ªas que se mueven entre lo indeseable y lo deshonesto. Se emite en FX, algo as¨ª como el canal de retales de la Fox, el destierro de los productos que no parecen suficientemente maduros como para la televisi¨®n "de verdad". The Shield se llev¨® el premio a la mejor serie dram¨¢tica y su protagonista, Michael Chiklis, se qued¨® con el de mejor actor, y record¨® en su discurso que hace s¨®lo un a?o estaba buscando trabajo en la agencia de empleo.
Tambi¨¦n gan¨® -en comedia- el actor de Monk, Tony Shalhoub, que interpreta a un detective lejanamente parecido al Colombo de Peter Falk, pero a¨²n m¨¢s atormentado por fobias, aversiones, man¨ªas y miedos que se suman a sus propios dramas personales. Monk se emite en la cadena USA Networks, un canal que la mayor¨ªa de los estadounidenses ni siquiera tiene sintonizado.
Y gan¨® el indescriptible Larry David, el co-creador de Seinfeld, que se llev¨® el premio a la mejor comedia del a?o por su inenarrable Curb your enthusiasm. Es un producto ¨²nico, tanto que el espectador nunca llega a saber si lo que ve es una serie o un documental en el que David se interpreta a s¨ª mismo. Es un tipo antip¨¢tico, quejoso y hasta insoportable, incapaz de pensar en voz baja. No entiende por qu¨¦ ¨¦l, multimillonario gracias a Seinfeld, tiene que ajustarse a convencionalismos sociales tan molestos como decir "de nada" cuando alguien te da las gracias. Su discurso de aceptaci¨®n fue grotesco: "Es un d¨ªa muy triste para los Globos de Oro, pero, sin embargo, un gran d¨ªa para Larry David", porque esperaba que, gracias al premio, su mujer aceptase esa noche sus propuestas sexuales. "Doy las gracias a los organizadores", concluy¨®, "por la que conf¨ªo en que sea una noche memorable".
Kim Catrall se llev¨® el premio a mejor actriz secundaria por Sexo en Nueva York, de la HBO, cadena de pago que tambi¨¦n gan¨® el Globo de Oro a la mejor miniserie (The gathering storm, que ha vendido sus derechos de emisi¨®n para Espa?a a TVE) y a su protagonista masculino, Albert Finney, y a la mejor actriz de telefilme, Uma Thurman en Hysterical blindness (que pr¨®ximamente ofrecer¨¢ Canal +).
Polic¨ªas corruptos, detectives con fobias y c¨®micos neur¨®ticos empiezan a cambiar el aspecto de la televisi¨®n en Estados Unidos. Las nuevas telecomedias se alejan de la familia convencional aglutinada en torno a la mesa del comedor y las series dram¨¢ticas est¨¢n cansadas de comisar¨ªas convencionales o abogados impecables. El brote de telerrealidad que tanto da?o est¨¢ haciendo a la factor¨ªa estadounidense de ficci¨®n parece haber servido al menos para empujar las fronteras de lo permisible en los dramas y las comedias. Los espectadores, suficientemente asustados por lo que ven en los reality shows, exigen imperfecciones en los protagonistas de sus series favoritas.
Este fen¨®meno beneficia especialmente a los canales minoritarios o a las cadenas de pago, poco constre?idas a los moldes narrativos convencionales. Muchos productos inadvertidos por el gran p¨²blico proporcionan a la televisi¨®n de EEUU la calidad que los reality shows se han llevado por delante en los grandes canales generalistas. Quedan lejos los a?os en que Abogados y Ally McBeal acaparaban los Globos de Oro que entrega la prensa extranjera acreditada en Los ?ngeles, exentos, por tanto, de los condicionantes empresariales que ensucian otros galardones. Salvo el premio a Jennifer Aniston por su papel en Friends (que es el principio de las ceremonias de despedida de la serie que Canal + ofrece en su octava temporada), los Globos han ignorado a las grandes cadenas.
Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, The Shield, una serie de polic¨ªas que se mueven entre lo indeseable y lo deshonesto. Se emite en FX, algo as¨ª como el canal de retales de la Fox, el destierro de los productos que no parecen suficientemente maduros como para la televisi¨®n "de verdad". The Shield se llev¨® el premio a la mejor serie dram¨¢tica y su protagonista, Michael Chiklis, se qued¨® con el de mejor actor, y record¨® en su discurso que hace s¨®lo un a?o estaba buscando trabajo en la agencia de empleo.
Tambi¨¦n gan¨® -en comedia- el actor de Monk, Tony Shalhoub, que interpreta a un detective lejanamente parecido al Colombo de Peter Falk, pero a¨²n m¨¢s atormentado por fobias, aversiones, man¨ªas y miedos que se suman a sus propios dramas personales. Monk se emite en la cadena USA Networks, un canal que la mayor¨ªa de los estadounidenses ni siquiera tiene sintonizado.
Y gan¨® el indescriptible Larry David, el co-creador de Seinfeld, que se llev¨® el premio a la mejor comedia del a?o por su inenarrable Curb your enthusiasm. Es un producto ¨²nico, tanto que el espectador nunca llega a saber si lo que ve es una serie o un documental en el que David se interpreta a s¨ª mismo. Es un tipo antip¨¢tico, quejoso y hasta insoportable, incapaz de pensar en voz baja. No entiende por qu¨¦ ¨¦l, multimillonario gracias a Seinfeld, tiene que ajustarse a convencionalismos sociales tan molestos como decir "de nada" cuando alguien te da las gracias. Su discurso de aceptaci¨®n fue grotesco: "Es un d¨ªa muy triste para los Globos de Oro, pero, sin embargo, un gran d¨ªa para Larry David", porque esperaba que, gracias al premio, su mujer aceptase esa noche sus propuestas sexuales. "Doy las gracias a los organizadores", concluy¨®, "por la que conf¨ªo en que sea una noche memorable".
Kim Catrall se llev¨® el premio a mejor actriz secundaria por Sexo en Nueva York, de la HBO, cadena de pago que tambi¨¦n gan¨® el Globo de Oro a la mejor miniserie (The gathering storm, que ha vendido sus derechos de emisi¨®n para Espa?a a TVE) y a su protagonista masculino, Albert Finney, y a la mejor actriz de telefilme, Uma Thurman en Hysterical blindness (que pr¨®ximamente ofrecer¨¢ Canal +).
Polic¨ªas corruptos, detectives con fobias y c¨®micos neur¨®ticos empiezan a cambiar el aspecto de la televisi¨®n en Estados Unidos. Las nuevas telecomedias se alejan de la familia convencional aglutinada en torno a la mesa del comedor y las series dram¨¢ticas est¨¢n cansadas de comisar¨ªas convencionales o abogados impecables. El brote de telerrealidad que tanto da?o est¨¢ haciendo a la factor¨ªa estadounidense de ficci¨®n parece haber servido al menos para empujar las fronteras de lo permisible en los dramas y las comedias. Los espectadores, suficientemente asustados por lo que ven en los reality shows, exigen imperfecciones en los protagonistas de sus series favoritas.
Este fen¨®meno beneficia especialmente a los canales minoritarios o a las cadenas de pago, poco constre?idas a los moldes narrativos convencionales. Muchos productos inadvertidos por el gran p¨²blico proporcionan a la televisi¨®n de EEUU la calidad que los reality shows se han llevado por delante en los grandes canales generalistas. Quedan lejos los a?os en que Abogados y Ally McBeal acaparaban los Globos de Oro que entrega la prensa extranjera acreditada en Los ?ngeles, exentos, por tanto, de los condicionantes empresariales que ensucian otros galardones. Salvo el premio a Jennifer Aniston por su papel en Friends (que es el principio de las ceremonias de despedida de la serie que Canal + ofrece en su octava temporada), los Globos han ignorado a las grandes cadenas.
Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, The Shield, una serie de polic¨ªas que se mueven entre lo indeseable y lo deshonesto. Se emite en FX, algo as¨ª como el canal de retales de la Fox, el destierro de los productos que no parecen suficientemente maduros como para la televisi¨®n "de verdad". The Shield se llev¨® el premio a la mejor serie dram¨¢tica y su protagonista, Michael Chiklis, se qued¨® con el de mejor actor, y record¨® en su discurso que hace s¨®lo un a?o estaba buscando trabajo en la agencia de empleo.
Tambi¨¦n gan¨® -en comedia- el actor de Monk, Tony Shalhoub, que interpreta a un detective lejanamente parecido al Colombo de Peter Falk, pero a¨²n m¨¢s atormentado por fobias, aversiones, man¨ªas y miedos que se suman a sus propios dramas personales. Monk se emite en la cadena USA Networks, un canal que la mayor¨ªa de los estadounidenses ni siquiera tiene sintonizado.
Y gan¨® el indescriptible Larry David, el co-creador de Seinfeld, que se llev¨® el premio a la mejor comedia del a?o por su inenarrable Curb your enthusiasm. Es un producto ¨²nico, tanto que el espectador nunca llega a saber si lo que ve es una serie o un documental en el que David se interpreta a s¨ª mismo. Es un tipo antip¨¢tico, quejoso y hasta insoportable, incapaz de pensar en voz baja. No entiende por qu¨¦ ¨¦l, multimillonario gracias a Seinfeld, tiene que ajustarse a convencionalismos sociales tan molestos como decir "de nada" cuando alguien te da las gracias. Su discurso de aceptaci¨®n fue grotesco: "Es un d¨ªa muy triste para los Globos de Oro, pero, sin embargo, un gran d¨ªa para Larry David", porque esperaba que, gracias al premio, su mujer aceptase esa noche sus propuestas sexuales. "Doy las gracias a los organizadores", concluy¨®, "por la que conf¨ªo en que sea una noche memorable".
Kim Catrall se llev¨® el premio a mejor actriz secundaria por Sexo en Nueva York, de la HBO, cadena de pago que tambi¨¦n gan¨® el Globo de Oro a la mejor miniserie (The gathering storm, que ha vendido sus derechos de emisi¨®n para Espa?a a TVE) y a su protagonista masculino, Albert Finney, y a la mejor actriz de telefilme, Uma Thurman en Hysterical blindness (que pr¨®ximamente ofrecer¨¢ Canal +).
Polic¨ªas corruptos, detectives con fobias y c¨®micos neur¨®ticos empiezan a cambiar el aspecto de la televisi¨®n en Estados Unidos. Las nuevas telecomedias se alejan de la familia convencional aglutinada en torno a la mesa del comedor y las series dram¨¢ticas est¨¢n cansadas de comisar¨ªas convencionales o abogados impecables. El brote de telerrealidad que tanto da?o est¨¢ haciendo a la factor¨ªa estadounidense de ficci¨®n parece haber servido al menos para empujar las fronteras de lo permisible en los dramas y las comedias. Los espectadores, suficientemente asustados por lo que ven en los reality shows, exigen imperfecciones en los protagonistas de sus series favoritas.
Este fen¨®meno beneficia especialmente a los canales minoritarios o a las cadenas de pago, poco constre?idas a los moldes narrativos convencionales. Muchos productos inadvertidos por el gran p¨²blico proporcionan a la televisi¨®n de EEUU la calidad que los reality shows se han llevado por delante en los grandes canales generalistas. Quedan lejos los a?os en que Abogados y Ally McBeal acaparaban los Globos de Oro que entrega la prensa extranjera acreditada en Los ?ngeles, exentos, por tanto, de los condicionantes empresariales que ensucian otros galardones. Salvo el premio a Jennifer Aniston por su papel en Friends (que es el principio de las ceremonias de despedida de la serie que Canal + ofrece en su octava temporada), los Globos han ignorado a las grandes cadenas.
Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, The Shield, una serie de polic¨ªas que se mueven entre lo indeseable y lo deshonesto. Se emite en FX, algo as¨ª como el canal de retales de la Fox, el destierro de los productos que no parecen suficientemente maduros como para la televisi¨®n "de verdad". The Shield se llev¨® el premio a la mejor serie dram¨¢tica y su protagonista, Michael Chiklis, se qued¨® con el de mejor actor, y record¨® en su discurso que hace s¨®lo un a?o estaba buscando trabajo en la agencia de empleo.
Tambi¨¦n gan¨® -en comedia- el actor de Monk, Tony Shalhoub, que interpreta a un detective lejanamente parecido al Colombo de Peter Falk, pero a¨²n m¨¢s atormentado por fobias, aversiones, man¨ªas y miedos que se suman a sus propios dramas personales. Monk se emite en la cadena USA Networks, un canal que la mayor¨ªa de los estadounidenses ni siquiera tiene sintonizado.
Y gan¨® el indescriptible Larry David, el co-creador de Seinfeld, que se llev¨® el premio a la mejor comedia del a?o por su inenarrable Curb your enthusiasm. Es un producto ¨²nico, tanto que el espectador nunca llega a saber si lo que ve es una serie o un documental en el que David se interpreta a s¨ª mismo. Es un tipo antip¨¢tico, quejoso y hasta insoportable, incapaz de pensar en voz baja. No entiende por qu¨¦ ¨¦l, multimillonario gracias a Seinfeld, tiene que ajustarse a convencionalismos sociales tan molestos como decir "de nada" cuando alguien te da las gracias. Su discurso de aceptaci¨®n fue grotesco: "Es un d¨ªa muy triste para los Globos de Oro, pero, sin embargo, un gran d¨ªa para Larry David", porque esperaba que, gracias al premio, su mujer aceptase esa noche sus propuestas sexuales. "Doy las gracias a los organizadores", concluy¨®, "por la que conf¨ªo en que sea una noche memorable".
Kim Catrall se llev¨® el premio a mejor actriz secundaria por Sexo en Nueva York, de la HBO, cadena de pago que tambi¨¦n gan¨® el Globo de Oro a la mejor miniserie (The gathering storm, que ha vendido sus derechos de emisi¨®n para Espa?a a TVE) y a su protagonista masculino, Albert Finney, y a la mejor actriz de telefilme, Uma Thurman en Hysterical blindness (que pr¨®ximamente ofrecer¨¢ Canal +).
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