Incontinencia verbal

El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Manuel Jim¨¦nez de Parga, tiene una irrefrenable tendencia a irse de la lengua, sin tener en cuenta las exigencias de prudencia y de imparcialidad a las que le obliga su importante funci¨®n institucional. Ya se puso de manifiesto el mismo d¨ªa de su toma de posesi¨®n con unas sarc¨¢sticas y desafortunadas referencias al "lehendakari de Oklahoma", a ra¨ªz de las medidas antiterroristas acordadas por Bush tras el 11 de septiembre. Pero ayer se despach¨® con unas declaraciones todav¨ªa m¨¢s desafortunadas e irreflexivas, en las que pone en cuesti¨®n la organizacion territorial del Estado establecida en la Constituci¨®n y aventura una opini¨®n sobre el juicio de ilegalizaci¨®n de Batasuna que le inhabilita para actuar como magistrado si el asunto llega al tribunal que preside.

Jim¨¦nez de Parga aboga por poner fin a la clasificaci¨®n entre "nacionalidades hist¨®ricas" y las que no lo son y deja entrever que la soluci¨®n que espera en el juicio de Batasuna es su ilegalizaci¨®n, en un balbuceo en el que no termina de pronunciar la palabra. Si la torpeza de estas declaraciones hay que medirla por la repulsa que han suscitado, no puede ser mayor. El rechazo por parte del conjunto de las fuerzas pol¨ªticas ha sido contundente y un¨¢nime y el juicio m¨¢s piadoso que han merecido ha sido el de "desafortunadas" por parte del propio PP catal¨¢n. Juzgadas por su efecto, nada produce m¨¢s divisi¨®n entre los espa?oles que las ocurrencias fr¨ªvolas y los chascarrillos seudohist¨®ricos pronunciados por Jim¨¦nez de Parga bajo una supuesta preocupaci¨®n por la unidad de Espa?a.

De quien preside el ¨®rgano encargado de interpretar la Constituci¨®n se espera una actitud de imparcialidad ideol¨®gica y una contenci¨®n de su facundia verbal acorde al cargo que ejerce. Sus ideas pol¨ªticas no s¨®lo no interesan, sino que interesa que no las exponga. El sentido de Estado, que tanto preocupa a Jim¨¦nez de Parga, se manifiesta en la aceptaci¨®n sin m¨¢s del Estado constitucional, que garantiza una determinada organizaci¨®n y distribuci¨®n territorial de poder y no en lanzar aventuradas interpelaciones que lo cuestionan. ?En qu¨¦ situaci¨®n coloca al Tribunal Constitucional un presidente que no habla por los autos y resoluciones que dicta el alto organismo, sino que se dedica a exponer por libre sus particulares puntos de vista pol¨ªticos y doctrinales sobre la Constituci¨®n, al margen del ¨®rgano que preside y del resto de magistrados que lo componen?