La polic¨ªa cree que el asesino de las dos mujeres mat¨® a la primera por error
El doble asesinato del Putxet causa inquietud en el vecindario por temor a un posible perturbado
Con la cautela que requiere el secreto sumarial y todav¨ªa con muchas piezas por encajar, ayer trascendi¨® una primera hip¨®tesis sobre el asesinato de dos mujeres en un aparcamiento del barrio del Putxet de Barcelona. La polic¨ªa sospecha que el objetivo del asesino era la mujer de 46 a?os que apareci¨® muerta el pasado mi¨¦rcoles y que mat¨® a la primera, el 11 de enero, por error ya que ambas ten¨ªan una edad similar y gran parecido f¨ªsico. Pero los investigadores no descartan completamente algo que atemoriza al vecindario: que los cr¨ªmenes sean obra de un perturbado o un asesino en serie.
De momento, lo ¨²nico que est¨¢ claro es que las dos v¨ªctimas presentaban muchas cosas en com¨²n: aparentaban la misma edad, ten¨ªan un f¨ªsico similar y aparcaban sus veh¨ªculos en el mismo n¨²mero de plaza, aunque en plantas diferentes. La polic¨ªa s¨®lo se atreve a dar un hecho como pr¨¢cticamente seguro: que tras los dos asesinatos hay una misma persona o personas. En la investigaci¨®n se barajan, de todos modos, diversas hip¨®tesis sobre el m¨®vil de los asesinatos. Los investigadores se inclinan a pensar que los cr¨ªmenes son obra de un sicario contratado que se equivoc¨® con la primera v¨ªctima, Maria dels ?ngels R. B., de 49 a?os, asesinada el pasado 11 de enero a cuchilladas.
Pese a todo, se trabaja tambi¨¦n con la posibilidad de que ambas muertes sean obra de un perturbado que repiti¨® la acci¨®n en el mismo lugar al comprobar que la primera vez hab¨ªa podido actuar con total impunidad. Una tercera v¨ªa de la investigaci¨®n, considerada la menos probable, apunta a la posibilidad de que el autor sea un asesino en serie, aunque, aparte del lugar y el parecido de las v¨ªctimas, no se conocen otros lazos entre los dos asesinatos. Adem¨¢s, en ambos cr¨ªmenes se ha utilizado una forma de matar distinta, pues la primera mujer muri¨® acuchillada y la segunda, Mar¨ªa Teresa de Diego Rodr¨ªguez, de 46 a?os, a golpes con un objeto contundente todav¨ªa no identificado.
Bolsas de pl¨¢stico
El autor de los asesinatos dej¨® dos bolsas de pl¨¢stico sobre los cad¨¢veres de las mujeres y sus cuerpos aparecieron en el mismo lugar, con una diferencia de apenas dos metros, en la quinta planta del aparcamiento subterr¨¢neo. Las plazas en que dejaban sus veh¨ªculos, ambas con el n¨²mero 15 pero en distinta planta, est¨¢n situadas cerca de la puerta de acceso a la escalera del recinto.
De lo que no cabe duda es de que los asesinatos pudieron cometerse sin demasiadas complicaciones. El aparcamiento subterr¨¢neo est¨¢ situado en una calle de la zona alta de Barcelona en la que no hay mucho tr¨¢fico, tiene cinco plantas, con capacidad para un centenar de coches, y carece de vigilancia. El recinto no dispone de c¨¢maras de seguridad y nadie puede saber exactamente cu¨¢ntas personas tienen acceso a ¨¦l. De hecho, los cad¨¢veres de las dos mujeres no fueron hallados hasta horas despu¨¦s de haberse cometido los asesinatos.El marido de la mujer asesinada el pasado mi¨¦rcoles pidi¨® a la polic¨ªa que extreme las medidas de seguridad en la zona, una tranquila ¨¢rea del distrito de Sarri¨¤-Sant Gervasi, muy cerca de General Mitre.
El hombre, fuera de s¨ª, tambi¨¦n se quej¨® por lo que considera una falta de celo de las fuerzas de seguridad. "Ni polic¨ªa ni nada. No lo puedo entender. Si esto es el s¨¢lvese quien pueda, que lo digan y que dejen que las mujeres lleven pistola. Mi mujer dec¨ªa que quer¨ªa llevar un cuchillo y yo me re¨ªa".
Nervioso, excitado, con la voz tr¨¦mula y con mucha rabia en su interior, el marido se quej¨® del clima de inseguridad que, en su opini¨®n, se respira en el barrio desde hace tiempo. Los vecinos se quejaron de lo mismo al ser recibidos por la delegada del Gobierno, Julia Garc¨ªa-Valdecasas, a quien pidieron un aumento de la dotaci¨®n policial. De hecho, el marido de la segunda v¨ªctima cree que lo que se debe vigilar es la calle y no el garaje. "El aparcamiento me da igual. Que controlen la calle. La culpa no es del aparcamiento, sino de los comedores de indigentes y de la gente que viene aqu¨ª", declar¨®.
Tambi¨¦n se quej¨® de que tras el asesinato del 11 de enero nadie informara a los vecinos de lo ocurrido. En este sentido, explic¨® que, pese a que su mujer dejaba el coche en este garaje, no se enter¨® del primer crimen hasta mucho despu¨¦s de los hechos: "La polic¨ªa no inform¨® de nada. Yo me enter¨¦ porque vi un ramo en el aparcamiento y pens¨¦ que igual se hab¨ªa muerto un perro".
El n¨²mero 28 de la calle de Bertran de Barcelona se convirti¨® ayer en un punto de peregrinaje obligado para los residentes en el tranquilo distrito de Sant Gervasi. Poco amigos de las c¨¢maras y de todo lo que pueda romper la tranquilidad de la zona, los vecinos prefer¨ªan hablar del terrible suceso en los caf¨¦s, el mercado o las tiendas.
Los rumores sobre perturbados y asesinos en serie corr¨ªan como la p¨®lvora por el barrio, sin que los continuos mensajes que lanzaba la polic¨ªa para tranquilizar a la poblaci¨®n tuvieran efecto alguno.
Algunos propietarios incluso se negaron a entrar en el aparcamiento. No se fiaban. Este era el caso de la conductora de una motocicleta, quien confes¨®: "Antes que aparcar all¨ª dentro la dejo en doble fila". Por la tarde, los arrendatarios y propietarios de plazas en este aparcamiento, inaugurado en 1992 se reunieron con el administrador de fincas, con quien acordaron contratar a un vigilante privado que vele por la seguridad del recinto.
Pero los vecinos siguen desconfiando y algunos han comenzado a tomar medidas por su cuenta. "Yo ya llevo un martillo en el bolso", explicaba ayer una mujer en el mercado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.