La 'Iglesia vasca' no existe
Cuando en determinados ¨¢mbitos pol¨ªticos se se critica, con raz¨®n o sin ella, a Iglesia cat¨®lica respecto de la cuesti¨®n nacional vasca, se suele hablar de "Iglesia vasca". Sin embargo se le niega a ¨¦sta el pan y la sal e incluso la posibilidad de tener una provincia eclesi¨¢stica. Hace poco hemos le¨ªdo un art¨ªculo al respecto cuya falta de rigor es de tal calibre que no resiste al menor argumento. En primer lugar, la Iglesia cat¨®lica, como cualquier otra, debiera tener libertad para su autoorganizaci¨®n, que no tiene que corresponder ni a un mapa auton¨®mico que, por cierto, no lo establece ni la Constituci¨®n, aunque se menciona como argumento. Nadie podr¨¢ aportarme un art¨ªculo constitucional. Adem¨¢s, no es cierto que las provincias eclesi¨¢sticas o arzobispados respondan a ese dise?o auton¨®mico.
La organizaci¨®n de la Iglesia tiene que responder a sus propias razones culturales e hist¨®ricas, sin que ¨¦stas sean falsificadas
Respecto de la Comunidad Aut¨®noma Vasca y de Navarra, habr¨ªa que aclarar que fue precisamente el franquismo quien al crear en 1956 el Arzobispado de Pamplona lo hizo contra toda l¨®gica hist¨®rica, ling¨¹¨ªstica, cultural o de cualquier otro tipo. Al Arzobispado de Pamplona, se le agregaron las di¨®cesis de San Sebasti¨¢n, Calahorra-La Calzada, Jaca y, desgajando la parte navarra de la entonces bic¨¦fala sede de Tarazona-Tudela, se convirti¨® a esta ¨²ltima en mero obispado auxiliar, para m¨¢s tarde agregarlo totalmente a la de la capital civil eclesi¨¢stica. Afirmar que la di¨®cesis donostiarra, que evidentemente en lo civil pertenece a la Comunidad Aut¨®noma Vasca, se vaya a agregar al Arzobispado de Pamplona, es ignorar totalmente la historia de siglos, ya que la mayor parte de Gipuzkoa perteneci¨®, por lo menos ocho centurias, a la di¨®cesis pamplonesa y, a partir de 1956, forma parte del Arzobispado de Pamplona. El franquista evit¨® cuidadosamente que las di¨®cesis de Vitoria y de Bilbao pasasen a la ¨®rbita pamplonesa, formando parte, contra toda l¨®gica pastoral, del Arzobispado de Burgos, juntamente con Palencia y Burgo de Osma-Soria. En much¨ªsimas actividades, trabajos de traducci¨®n a lengua vern¨¢cula -al euskara, en este caso- y otros aspectos de pastoral y de la situaci¨®n de violencia, etc., han hecho que prelados de las cuatro di¨®cesis, hayan actuado en com¨²n, adem¨¢s de crear una secretar¨ªa permanente.
Por lo tanto, quien habla de "Iglesia vasca", miente a sabiendas. Se le ha negado incluso algo que a Extremadura se le ha permitido con toda l¨®gica, es decir, la resurrecci¨®n de la Archidi¨®cesis de M¨¦rida, que se hab¨ªa suprimido desde la invasi¨®n musulmana, con la creaci¨®n de un Arzobispado con Badajoz, Coria-C¨¢ceres y Plasencia. Una justa redistribuci¨®n que se le ha negado sistem¨¢ticamente a Euskal Herria, no como comunidad pol¨ªtica, sino como comunidad cultural, ling¨¹¨ªstica y pastoral. Si fuera cierto, cosa que no creo, que el Arzobispado de Pamplona se niega a esta redistribuci¨®n de su provincia eclesi¨¢stica, se le debiera de recordar a monse?or Fernando Sebasti¨¢n que, contra la opini¨®n de sus paisanos aragoneses, la Di¨®cesis de Jaca fue segregada de Zaragoza, incorpor¨¢ndola a la provincia eclesi¨¢stica pampilonense.
No es cierto, por otra parte, que el mapa auton¨®mico se corresponda en otras latitudes con las provincias eclesi¨¢sticas. El Arzobispado de Oviedo, creado tambi¨¦n en el franquismo, abarca adem¨¢s Santander -es decir, la antigua Asturias de Santillana-, Astorga y Le¨®n. La Di¨®cesis de Cartagena, pertenece a la provincia eclesi¨¢stica de Granada; la de Albacete, a la de Valencia; las tres di¨®cesis de Baleares, a Valencia; las dos de Canarias, a Sevilla. Hay bastantes m¨¢s casos de pertenencia, en todo o parte, de provincias civiles a provincias eclesi¨¢sticas diferentes al mapa auton¨®mico, e incluso al provincial civil, y nadie ha dicho ni Pamplona, valga la expresi¨®n. ?Porqu¨¦ solamente se niega la redistribuci¨®n eclesi¨¢stica de Espa?a a la provincia llam¨¦mosle pamplonesa? ?Alguien ha reparado, por otra parte, que tambi¨¦n La Rioja pertenece a la provincia eclesi¨¢stica de Pamplona, cuando hasta hace menos de 50 a?os pertenec¨ªa a la de Burgos?
En 1997 escrib¨ªa en un diario bilba¨ªno, con motivo del nombramiento del nuevo obispo, la l¨®gica de que un prelado de la misma archidi¨®cesis, Palencia, pasase a la Di¨®cesis de Bilbao, de acuerdo con los p¨¢rrafos 39, 40 y 41 del Oficio Pastoral de los Obispos del Concilio Vaticano II. En dicho art¨ªculo me remit¨ªa a otro anterior publicado en la revista Vida Nueva el a?o 1971, en el que, adem¨¢s de las referencias antedichas, dec¨ªa: [La divisi¨®n eclesi¨¢stica] "ha sido una mera agrupaci¨®n de di¨®cesis vecinas y en alg¨²n caso ni eso. Por ¨²ltimo hay casos en que sospechosamente se ha creado alguna provincia eclesi¨¢stica en contra de alguno o de todos esos componentes"
Conclusi¨®n: la Iglesia no tiene porqu¨¦ tener en cuenta la actual organizaci¨®n territorial del Estado, porque no est¨¢ establecida por la Constituci¨®n, y tiene que responder a su propias razones culturales e hist¨®ricas sin que ¨¦stas sean falsificadas. Cada vez que se critica, con raz¨®n o sin ella, a la "Iglesia vasca", habr¨ªa que decir que ¨¦sta no existe, ni siquiera como provincia eclesi¨¢stica, caso ¨²nico entre las nacionalidades hisp¨¢nicas.
En definitiva, de hacerse ese reajuste con la incorporaci¨®n de las dos di¨®cesis occidentales, en la segregaci¨®n l¨®gica de la de Jaca a Zaragoza -no entro en la cuesti¨®n de la di¨®cesis calagurritana, hay razones en ambos sentidos-, tampoco entonces a una Iglesia cat¨®lica universal, se le debiera de etiquetar como "vasca"; simplemente ser¨ªa la provincia eclesi¨¢stica pampilonense. De forma parecida se llama a la tarraconense, que engloba las di¨®cesis catalanas. Algunas actitudes parecen estar m¨¢s necesitadas de psicoan¨¢lisis que sobradas de rigor intelectual.
Jos¨¦ Luis Lizundia Askondo fue parlamentario vasco por EE.
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