Pigmentos metaf¨®ricos
L¨®gicamente, todas las exposiciones de pintura empiezan por un cuadro. En el caso de La casa del hielo, de Ray Smith (Tejas, 1958), este arranque tiene una especial significaci¨®n. El 11 de septiembre de 2001 se hallaba pintando Victoria, una obra de gran formato que se presenta en su exposici¨®n en Barcelona. En el lienzo aparece un busto de mujer, realizado con el enladrillamiento que somete el artista a muchos de sus elementos pict¨®ricos. El mar que sirve de fondo a la composici¨®n empez¨® a agitarse, y el artista ya no pudo dar continuidad coherente a toda su obra. Los acontecimientos tr¨¢gicos le desviaron su atenci¨®n art¨ªstica y los cuadros que pint¨® desde aquel momento llevaban la marcada huella de su convulsionado estado an¨ªmico.
RAY SMITH
'La casa del hielo' Galer¨ªa Joan Prats Rambla de Catalunya, 54 Barcelona Hasta el 21 de febrero
Helada el alma e interrog¨¢ndose el porqu¨¦ del atentado, Smith empez¨® a realizar las obras que componen La casa del hielo. Cuadros en que la nieve y los fen¨®menos atmosf¨¦ricos adversos se suceden como si se tratara de un inesperado cambio clim¨¢tico. Estas representaciones significaban su confusi¨®n en torno al asalto a las Torres Gemelas, para ¨¦l un hecho tan inesperado como una nevada en el S¨¢hara. Su surrealismo ir¨®nico, anal¨ªtico y cargado de reflexi¨®n extrem¨® estas cualidades hacia un territorio en donde la confusi¨®n dilu¨ªa la parte di¨¢fana de su discurso. Pero como puede comprobarse en la serie Hielo, desde la perplejidad se inici¨® una nueva visi¨®n de las cosas. En esta serie, Smith muestra fragmentos del caos interno producido por el impacto del acto terrorista. Las im¨¢genes representadas en las telas adquieren una forma expresionista fomentada por la visi¨®n deformadora de los espejos que aparecen en los cuadros. En su autorretrato s¨®lo podemos identificar el reflejo de un ser confuso, inquieto y atormentado.
En otras series derivadas del mismo tema, Smith se serena, ya que vuelve a las representaciones formalmente amables. Pero se trata de otro fen¨®meno natural: un espejismo. Las m¨¢quinas de la guerra aparecen en paisajes hasta entonces supuestamente id¨ªlicos, o como m¨ªnimo on¨ªricos. La met¨¢fora impregna cada uno de los pigmentos empleados en toda la exposici¨®n.
Hay indicios de que la obra de Smith, despu¨¦s de vivir esta tormenta trate de recuperar su antiguo sendero lleno de referencias tanto a la realidad cotidiana como al mundo literario. Pero es seguro que una vez vuelva a encauzar su obra, ya nada ser¨¢ lo mismo.
Comparativamente, desde su ¨²ltima exposici¨®n en Barcelona en 1999, en la evoluci¨®n del artista se puede constatar c¨®mo ahora concentra el peso conceptual en elementos cada vez m¨¢s compactos. Mientras la idea se refuerza, la forma trata de eliminar los elementos accesorios que pudieran desviar la lectura del cuadro. Su lenguaje se ha hecho m¨¢s clarificador, ha abandonado la altisonancia por la fuerza de la idea b¨¢sica y rotunda escrita con trazo mucho m¨¢s firme y sincero.
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