Diplomacia comarcal
El alcalde Algeciras, Patricio Gonz¨¢lez (PA), analiz¨® desde su experiencia de vecino el conflicto con Gibraltar por la retenci¨®n de 14 periodistas y seis activistas de Greenpeace. "Yo s¨¦ que Peter Caruana es poco m¨¢s que el alcalde de un pueblo de 30.000 habitantes. Pero que tenga un gesto, que ¨¦l es nuetro vecino". Gonz¨¢lez se refer¨ªa a que la Polic¨ªa Real depende en realidad del gobernador de la Reina Isabel II en la colonia, y que si el ministro principal del Pe?¨®n hubiera querido protestar por el abordaje lo podr¨ªa haber hecho. Pero no quiso.
La Constituci¨®n de Gibraltar data de 1969 y en su art¨ªculo 45 deja claro que las funciones de Poder Ejecutivo quedan en manos del gobernador de la colonia. Pero este es un concepto bastante m¨¢s flexible de lo que se pretende ahora desde el Pe?¨®n. As¨ª, Caruana negoci¨® personalmente la crisis con los pescadores de Algeciras en 1999. El gobernador de Isabel II se desinhibi¨® del tema a pesar de que era su polic¨ªa la que atosigaba a los trabajadores espa?oles.
Cualquier roce aumenta la temperatura de las relaciones vecinales
Esa misma polic¨ªa dej¨® el pasado a?o casi indefenso al ministro de Exteriores del Reino Unido, Jack Straw, cuando caminaba desde la sede del Gobierno local hasta la casa del gobernador. S¨®lo sus escoltas le libraron de una golpiza a manos de centenares de gibraltare?os que cre¨ªan que les hab¨ªa vendido a Espa?a. Caruana se limit¨® entonces a mirar con los brazos cruzados el mal trago de Straw. Lo mismo que la Polic¨ªa Real, cargo que ostentan los agentes gibraltare?os desde 1992.
Caruana ya ha dicho que es ingl¨¦s ¨²nicamente porque no quiere ser espa?ol, pero s¨ª ha mostrado inter¨¦s en relacionarse con los vecinos. Lo mismo le sucede a los alcaldes del Campo de Gibraltar, que han alimentado todas las iniciativas de acercamiento entre los dos lados de la Verja. Pero ya sea la categor¨ªa de una federaci¨®n de f¨²tbol, un submarino nuclear averiado o la legislaci¨®n de buques monocasco, cualquier roce aumenta la temperatura de las relaciones entre vecinos. El incidente del lunes motiv¨® una protesta diplom¨¢tica de Madrid a Londres. Pero la relaci¨®n bilateral no ha sufrido ni un rasgu?o. Sin embargo, la convivencia entre vecinos se ha visto muy da?ada y la violencia apareci¨® por primera vez. Nadie se cree que el gobernador de Isabel II ordenara usar la nave de Salvamento Mar¨ªtimo para impedir la protesta ecologista con abordajes. Las responsabilidades bajan hasta los mandos policiales de a pie, dependientes de Londres sobre el papel, pero poco m¨¢s.
Caruana, Gonz¨¢lez, Alonso Rojas desde Los Barrios y muchos otros ya han visto que, pase lo que pase, los que conviven cada d¨ªa son ellos y que alguna soluci¨®n local hay que buscar.
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