Embutidos
Igual que Fraga pretende eludir su responsabilidad invocando al ap¨®stol contra la marea negra, un grupito de periodistas rama episcopal quedan una vez al a?o el d¨ªa del santo patr¨®n, apalabran una misa de alto copete, y se toman unas ca?as. Eso s¨ª, presididos por la consejer¨ªa, que a lo mejor hasta subvenciona el canap¨¦.
Respetables devociones particulares y amenas reuniones sociales. Siempre que no se pretenda representar y suplantar a la ¨²nica asociaci¨®n realmente existente, que es profesional y no confesional. Y l¨¢stima que tanto fervor tampoco venga acompa?ado por una pizca de arrojo en la lucha por mejores condiciones laborales, menor manipulaci¨®n, mayor dignidad. ?O es que el incienso os nubla la vista y no veis cu¨¢nto nos pringa nuestro propio chapapote?
Pero no todo son penas. Los periodistas valencianos acabamos de ser nombrados, a trav¨¦s de la Uni¨®, maestros carniceros y mondongueras de honor por el Consejo Regulador del Embutido de Requena, que a partir del 6 celebrar¨¢ su magn¨ªfica feria: 10.000 kilos para 300.000 personas. Vean qu¨¦ curioso, que algunos gremios reconozcan la labor de los medios de comunicaci¨®n en la difusi¨®n de sus actividades y en el preg¨®n de sus excelencias. Con las m¨¢s sinceras gracias les quise decir en el simp¨¢tico acto que, sin abjurar del sentido cr¨ªtico que ha de presidir nuestro trabajo, me consta que quienes escriben de gastronom¨ªa han hecho buena prensa de las elaboraciones artesanales, record¨¢ndonos que hay una forma placentera de comer r¨¢pido pero con calidad. Siempre que no se abuse, porque luego vienen los cronistas de la salud amenazando con el colesterol y las calor¨ªas. De quienes nos dedicamos a otros menesteres informativos, les cont¨¦ acerca de las morcillas que a veces nos vemos obligados a embutir en radio o en televisi¨®n. Y sobre los m¨²ltiples chorizos de toda ralea con que tratamos a menudo, s¨®lo que ¨¦stos huelen mal y no tienen denominaci¨®n de origen.
Al final degustamos longaniza, bollo, g¨¹e?as... Y entre un snack junto a la autoridad gubernativa y un carnal montadito de blanco y negro, pues qu¨¦ quieren que les diga: no hay color.
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