El Depor sucumbe al efecto Clemente

El efecto Clemente arrambl¨® con el Deportivo en un partido definido por el estado de euforia que se respira en el Espanyol desde que regres¨® el t¨¦cnico vasco a su banquillo. Poco m¨¢s de 20 minutos le bastaron al equipo de Montju?c para remontar el gol que anot¨® Makaay nada m¨¢s empezar. Hace poco, semejante inicio habr¨ªa precipitado el descalabro del equipo espanyolista. Pero ayer no. Con Javier Clemente en el banquillo, la respuesta fue fulminante. Y no meramente an¨ªmica. Si algo distingue a Clemente es su rapidez de reflejos. Ech¨® mano del borrador ipso facto. Y, tan mal como hab¨ªa dibujado el esquema defensivo, cargad¨ªsimo de centrales con Lopo, Amaya y Soldevilla, rectific¨®.

La jugada del gol del Depor lleg¨® tras dos acciones calcadas, con Luque entrando por la punta izquierda para trazar centros para los remates de Makaay, de cuyo marcaje se encargaba Amaya. El primer disparo del holand¨¦s puso en evidencia a Toni, que, reci¨¦n fichado del Elche, regresaba al Espanyol con todos los honores. El portero catal¨¢n parec¨ªa un manojo de nervios pese a que el p¨²blico celebr¨® su vuelta con todas las fanfarrias. Pero el segundo remate de Makaay, a quemarropa, result¨® imparable. Aun as¨ª, las miradas se dirig¨ªan al banquillo local.

La apuesta de Clemente parec¨ªa una temeridad. Por una parte, ?por qu¨¦ relegaba a Sergio S¨¢nchez al banquillo cuando el portero cedido por el Atl¨¦tico s¨®lo hab¨ªa recibido dos goles en los ¨²ltimos cuatro partidos? M¨¢s: ?por qu¨¦ situaba un equipo con tres centrales, dos carrileros y dos pivotes tan defensivos como Domoraud y Morales?

El propio Clemente debi¨® arrepentirse por esta ¨²ltima decisi¨®n. Tal vez tambi¨¦n por la primera. Pero despu¨¦s Toni se redimi¨® de su tirit¨®n inicial con una serie de grandes intervenciones. De manera que se desvaneci¨® el posible debate al respecto. Y tambi¨¦n qued¨® abortada cualquier discusi¨®n sobre el exceso de centrales porque Clemente, de forma inmediata, desplaz¨® a Amaya al lateral derecho. Y el equipo de Montju?c, en vez de encogerse, se envalenton¨® y dio un aceler¨®n al juego que dej¨® helado al Deportivo, que no se enter¨®.

El equipo gallego se descosi¨® como nunca. Las v¨ªas de agua que lo hundieron se produjeron por donde menos se esperaba, por el centro, muy cerquita de sus centrales, de la zona te¨®ricamente pertrechada por Donato, C¨¦sar y Mauro Silva. El gol del empate, eso s¨ª, parti¨® de una falta lanzada desde la medular por Roger y cabeceada por Soldevilla, al que nadie ech¨® el lazo. Un error grave del Depor, m¨¢xime si se tiene en cuenta que la acci¨®n fue calcada a uno de los goles que logr¨® el Espanyol hace nada ante el Recreativo.

La mala tarde del muro defensivo del Depor se confirm¨® con un segundo gol en el que la velocidad de Maxi dej¨® en evidencia a toda la zaga. Morales culmin¨® el recital del Espanyol en un rechace de Donato a la salida de un saque de esquina en otro grueso descuido del dispositivo del Depor. Las entradas de Diego Trist¨¢n en vez de Luque, que se lesion¨®, y la de Amavisca por Fran no le dieron al Depor la chispa suficiente.

El Espanyol, satisfecho por el r¨¦dito de su arre¨®n en la primera media hora, ech¨® el cerrojo y el Depor fue incapaz de causar mayores apuros a Toni.