La extra?a historia de Kalman Barsy
El escritor h¨²ngaro-argentino, que pudo ser "Isabelo Allendo", publica una novela "rebotada"
"Soy un escritor famoso pero nadie lo sabe". Esta frase del escritor Kalman Barsy resume el tono, ente l¨²dico y l¨²cido, que marc¨® la presentaci¨®n a la prensa, ayer, de su libro La cabeza de mi padre (Pre-textos) en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Novela corta, en 13 relatos ¨® m¨®dulos intercambiables, el libro viene "rebotado" de otras editoriales ("por demasiado corto y porque transcurre en Argentina", dice Barsy que le dijeron en Tusquets) y es el quinto de este autor nacido en Budapest en 1942, criado en Argentina, que viaj¨® durante a?os por el mundo y que hoy vive en Puerto Rico, donde fue socorrista y hoy es profesor de literatura en la universidad y "abuelo sedentario".
La cabeza de mi padre indaga en la relaci¨®n entre dos hermanos y entre ¨¦stos y sus padres. Es una peque?a saga familiar h¨²ngaro-argentina. Muy parecida a la de Barsy. "Tanto, que espero que mi hermano no se ofenda. El narrador es precisamente ¨¦l, que se qued¨® en el pueblo y cuenta la vida del hermano viajero, que soy yo".
La novela, que se ha publicado antes en h¨²ngaro que en espa?ol -"mi amigo Gy?rgy Ferdinandi, que vive en Puerto Rico, se entusiasm¨® y la tradujo en 2000"-, habla de desarraigo y pertenencia, pero el t¨ªtulo, explica Barsy, viene de un viaje a Hungr¨ªa cuando ten¨ªa 23 a?os. "Un amigo me regal¨® una cabeza de yeso, y era la m¨¢scara de mi padre de joven. Yo me la llev¨¦, qu¨¦ iba a hacer, y estuve 10 a?os viajando con ella. Pas¨® el tiempo, los viejos murieron, regres¨¦ a casa y le dej¨¦ la cabeza a mi hermano. A?os despu¨¦s, volv¨ª y la encontr¨¦ tirada en un rinc¨®n. A mi hermano le abrumaba lo que a m¨ª me faltaba. As¨ª que me la volv¨ª a llevar. Ahora la tengo en casa".
Barsy es un hombre gracioso que habla con una mezcla irresistible de iron¨ªa, absurdo, dulzura y melancol¨ªa, tan sorpredente como su historia literaria. "Empec¨¦ a escribir muy tarde. Antes no me atrev¨ªa, ten¨ªa miedo de no tener ¨¦xito inmediato, total. A los 40, cuando ya ten¨ªa menos, me sent¨¦ a darme una oportunidad. Escrib¨ª un libro de cuentos para ni?os y gan¨® el Premio Casa de las Am¨¦ricas, que todav¨ªa ten¨ªa cierto prestigio. Eso me dio ¨¢nimo y escrib¨ª otro para adultos, pero nadie se enter¨®".
"Luego, en 1989, escrib¨ª Amor port¨¢til, historia de dos p¨ªcaros j¨®venes que recorren Am¨¦rica Latina con dos mu?ecas hinchables. Se la llev¨¦ a Carmen Balcells, le gust¨®, la colocamos en Alfaguara con Manuel Rodr¨ªguez Rivero y eso me hizo pensar que iba a ser Isabelo Allendo. La novela estaba inspirada en la realidad, porque en los sesenta recorr¨ª Latinoam¨¦rica en auto-stop con un amigo. Como el viaje del Che, pero sin ninguna clase de ideales. Fuimos celebridades, sal¨ªamos en todos los diarios...".
?Y qu¨¦ tal fueron las ventas? "Mis libros siempre han tenido buenas cr¨ªticas y unas ventas entre moderadas y catastr¨®ficas. Los libros tienen la vida que ellos quieren, no la que t¨² esperas".
"En el 94 publiqu¨¦ Verano, que es uno de mis preferidos, y luego vino Naufragio, que naufrag¨® del todo en 1998", prosigue. "El libro tuvo muchos gastos de promoci¨®n, porque lo presentamos en un yate. El editor y yo ¨ªbamos a tirarnos abrazados por la borda, pero hubo mala mar y tuvimos que volver a puerto. Los camar¨®grafos vomitaban... Fue un desastre, pero justo, porque el libro era muy pretencioso. Lo quisieron vender como de aventuras, pero no era. De repente se pon¨ªa metaf¨ªsico".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.