Los cortijos lanzan un SOS
Una exposici¨®n muestra en Granada el peligro de abandono que corren las edificaciones rurales
Muchos cortijos andaluces se est¨¢n muriendo y, con ellos, una forma de vida, una cultura y una arquitectura. Poco a poco, la sociedad comienza a percibir que el abandono del campo supone tambi¨¦n el abandono de sus edificaciones, cuyo valor es ¨²nico en Andaluc¨ªa. Los cortijos lanzan un SOS. Una exposici¨®n, inaugurada ayer en Granada, trata de concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de preservar un patrimonio aut¨®ctono y propio.
Cortijos, haciendas y lagares: arquitectura de las grandes explotaciones agr¨ªcolas en Andaluc¨ªa es el nombre de la muestra que se inaugur¨® ayer en el Hospital Real de Granada y que fue acompa?ada con la presentaci¨®n de un tomo con el mismo t¨ªtulo, dedicado a inventariar las edificaciones m¨¢s interesantes que se encuentran en la provincia de Granada con el fin de que no se pierdan.
"Igual que en el Pa¨ªs Vasco existen los caser¨ªos, en Andaluc¨ªa existen los cortijos y las haciendas, que son algo ¨²nico", explica Jos¨¦ Luis Torres, uno de los responsables de la exposici¨®n, que estar¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 15 de febrero. "La muestra no trata de explicar en profundidad la tipolog¨ªa de los cortijos o las haciendas, sino ser una llamada de atenci¨®n sobre el estado de conservaci¨®n en que se encuentra ese patrimonio".
La exposici¨®n, basada principalmente en fotograf¨ªas, muestra el estado en que se encuentran algunos cortijos andaluces o el proceso de rehabilitaci¨®n que han experimentado otros. Los responsables de la muestra creen que no hay una soluci¨®n ¨²nica para preservar los cortijos, sino un conjunto de soluciones: la readaptaci¨®n a otros usos, como alojamientos rurales, centros de rehabilitaci¨®n de drogodependientes o centros de interpretaci¨®n de parques naturales. Tambi¨¦n consideran necesaria una normativa, ya puesta en marcha, para que los cortijos sean respetados dentro de las modificaciones de normas subsidiarias de los municipios. Y, sobre todo, que la sociedad se conciencie del valor que tienen los cortijos.
"No hay soluciones m¨¢gicas", explican los responsables de la exposici¨®n, "pero una de ellas es que, si la gente comprende lo valiosas que pueden ser estas edificaciones, comenzar¨¢ a protegerlas. Hasta tal punto se le restaba valor a los cortijos que el precio de un terreno se establec¨ªa en funci¨®n de ese terreno, y no de las edificaciones que pudiera contener".
Tambi¨¦n hay una realidad: el menosprecio con que la sociedad moderna trata al mundo rural y la agricultura ha sido uno de los grandes inductores de la situaci¨®n. Puede terminar siendo el triunfo de los rascacielos. O de los chal¨¦s adosados.
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