M¨¢s all¨¢ del placer de contar
Con esta quinta novela larga (la m¨¢s extensa de todas, incluyendo tambi¨¦n otros cuatro libros de relatos), Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n parece haber dado una vuelta m¨¢s a la tuerca de una obra que re¨²ne con claridad los dos elementos que desde el principio la configuran: la ligereza y la densidad. Pues a pesar de todas sus protestas, sus obras se van cargando cada vez m¨¢s de una intensidad, de una realidad social y, en el fondo, moral, que refutan la levedad y ligereza con las que se nos parec¨ªan presentar desde el principio. Pues cuando siendo un veintea?ero public¨® en 1984 La ternura del drag¨®n, gracias a un premio provincial (Casino de Mieres), pasando despu¨¦s por otros libros de mayor envergadura hasta el Torrente Ballester en 1992 a Nuevo plano de la ciudad secreta, se presentaba como un enamorado total del placer de contar, como un partidario de la aventura por s¨ª misma.
EL TIEMPO DE LAS MUJERES
Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n Anagrama. Barcelona, 2003 380 p¨¢ginas. 17,50 euros
En todo caso y conforme pasan los a?os, Mart¨ªnez de Pis¨®n se acerca de manera palpable a lo social, a lo colectivo, a la moral, como quien no quiere la cosa, como si nunca abandonara del todo sus primeras premisas. Pues sigue siendo un contador de historias y de aventuras, cargado de humor, de ternura, creador de buenos personajes, pero que -sobre todo a partir de sus dos ¨²ltimas f¨¢bulas, esa obra maestra de 1996 que es Carreteras secundarias y Mar¨ªa bonita, de cuatro a?os despu¨¦s- nos va revelando los planos de nuestra propia sociedad m¨¢s o menos "secreta", exponi¨¦ndolos a la luz p¨²blica de esa manera tan alegre y descarada que siempre ha sido la suya.
Su arma inicial es la del humor y unas gotas de metarrelato, siempre presentes en su obra, enriquecidos por la precisi¨®n, la sencillez y una objetividad que no se asusta de cualquier perversi¨®n. Sus personajes son j¨®venes, a veces ni?os y casi siempre adolescentes en busca de una madurez que les hace dejar muchos pelos en la gatera, pasando por tragos m¨¢s bien agridulces, por escenarios muchas veces ef¨ªmeros y episodios fluctuantes. En muchas ocasiones, los autom¨®viles, con su mezcla de dinamismo e inestabilidad, le prestan un sentido de fondo que vitaliza sus argumentos, les concede un significado m¨¢s profundo y roza la perfecci¨®n en esta ¨²ltima, El tiempo de las mujeres, que con mayor potencia que otras veces se nos presenta como la m¨¢s amplia, ambiciosa y mejor de todas hasta hoy. Pues a trav¨¦s de la historia de tres mujeres j¨®venes -al final de su adolescencia cuando empieza el libro- hu¨¦rfanas recientes de un padre suavemente so?ado como un seductor y misterioso negociante, muerto de repente en mayo de 1979 en Zaragoza, en un burdel y en la cama de una prostituta, lo que las deja abandonadas en las cari?osas y tiernas manos bastante desorientadas de una madre alucinada, so?adora y desatenta en una decadente mansi¨®n familiar que de manera inexorable y fatal se encamina hacia la ruina, Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n nos traza un retrato magistral de la revoluci¨®n femenina en la Espa?a de nuestro tiempo.
La novela empieza con un hu-
mor¨ªstico accidente de autom¨®vil y termina con otro, se abre y se cierra con la ruina familiar, y si se desgranan en ella una serie de importantes tragedias, no contiene pese a todo ninguna muerte que no sea natural, y la habilidad del autor reside en conservar a la vez una ternura infinita y una impasibilidad que desborda la objetividad misma a la que apela. No hay aqu¨ª ni buenos ni malos, sino el retrato moral de un cambio social centrado en tres voces femeninas, hermanas, adolescentes a punto de convertirse en otras tantas mujeres plenas, durante cuatro o cinco a?os de la primera transici¨®n democr¨¢tica, tan diferentes como complementarias en profundidad: una, la mayor, Mar¨ªa, de 19 a?os, parece ser la heredera y justiciera a la vez, pese a una fragilidad interior a la que despu¨¦s sucumbir¨¢ aunque de manera transitoria; la segunda, Carlota, dos a?os menos, ser¨¢ primero seducida por un misticismo ilusorio que no la preservar¨¢ de ser v¨ªctima de un matrimonio desgraciado con un fascista lamentable del que le salvar¨¢ su propio hijo, y la tercera, Paloma, la m¨¢s hermosa y a punto de cumplir los 16 al empezar en flash-back el libro, ser¨¢ la fugitiva, la folladora, la posible puta que est¨¢ ya de vuelta desde el principio, aunque intente ocultarlo todo siempre sin conseguirlo demasiado (y la que concede el contrapunto metaliterario a todo el conjunto a trav¨¦s de su diario y sus lecturas, desde Pasternak hasta Jane Austen o Nabokov, por poner tres ejemplos). Hay momentos espl¨¦ndidos -como dos de las tres visiones (contrapuestas) del golpe de Estado del 23-F, o la descripci¨®n del mundo de los "subasteros"- y el conjunto se articula con h¨¢biles meandros, saltos hacia delante o hacia atr¨¢s, avanzando de tres en tres -lo que es suavemente artificial, pero la sencillez y precisi¨®n del autor puede con todo- y el conjunto se lee con la avidez y facilidad de siempre. Total, que aqu¨ª culmina por el momento la maestr¨ªa de Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n, que se ha cargado las pilas con una profundidad tan sugestiva que se hace olvidar mientras nos arrastra con esa capacidad de contar que parece ser su placer primordial porque nos seduce y abduce para inducirnos al nuestro de escucharle sin parar.
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