Madura lucidez

Luis Alberto de Cuenca cerraba la ¨²ltima edici¨®n de su poes¨ªa completa, Los mundos y los d¨ªas (1999), con un apartado de t¨ªtulo 'El bosque y otros poemas' que conten¨ªa "el anticipo de un libro". Sin miedo ni esperanza es el poemario anunciado entonces, un poemario que aparece seis a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n del anterior, Por fuertes y fronteras (1996).

Es innegable que en los 17 a?os que separan La caja de plata (1985) de este Sin miedo ni esperanza, De Cuenca ha construido una poes¨ªa singular, identificable sin esfuerzo entre otras poes¨ªas de corte figurativo, en la que ha logrado un dif¨ªcil equilibrio entre un tono sereno, suavemente ir¨®nico, y una dicci¨®n cl¨¢sica sin altibajos. Desde ese punto de vista, este poemario no presenta novedad respecto a los anteriores. Es decir: no inaugura un mundo. S¨ª ahonda, sin embargo, en el que, desde la d¨¦cada de los ochenta, ha convertido en parte consustancial a su l¨ªrica: cotidianidad, atenci¨®n a las realidades m¨¢s cercanas, la relaci¨®n amorosa, el poder de la lectura y de la mitolog¨ªa. Ese ahondamiento se manifiesta en cierta voluntad de cercan¨ªa con las zonas oscuras de la conciencia y con el fantasma de la muerte como parte de la experiencia. No parece casual, por ello, que el sujeto l¨ªrico juegue con la memoria -los tebeos, tan vinculados a la geograf¨ªa m¨ªtica de De Cuenca, los domingos de f¨²tbol, la Navidad, tan cruel a veces-, ni que a la experiencia de vida una no desde?able experiencia de cultura, algo que act¨²a como una suerte de cord¨®n umbilical con el culturalismo de su primera ¨¦poca. Todo ello viene a poner de relieve dos cosas: que Luis Alberto de Cuenca ha decidido asumir una lealtad a la poes¨ªa experiencial que est¨¢ por encima de modas y corrientes circunstanciales, y que ha accedido a la madurez existencial, algo que se revela en el equilibrio con que en este libro asume las dualidades amor/desamor y vida/muerte, lo que no deja de estar reflejado en el Sin miedo ni esperanza que le da t¨ªtulo. La carencia de miedo revela serenidad existencial. La falta de esperanza, lucidez y no poco escepticismo frente al sentido ¨²ltimo de la vida. Los 60 poemas de que consta el libro descansan en ese clasicismo basado en el tono y los ritmos endecasil¨¢bicos y en la mezcla de iron¨ªa y gravedad, juego verbal y emoci¨®n, que caracteriza la obra de su autor. De entre ellos, son los de tem¨¢tica amorosa los m¨¢s intensos e imprevisibles: "y vino el alba y nos pill¨® despiertos, / condenados al cepo de la duda, / n¨¢ufragos en la hiel del desenga?o". Un poemario, en definitiva, que afianza la trayectoria literaria de un poeta maduro, poseedor de un mundo reconocible y, a la vez, extremadamente personal.