El Sevilla pone en evidencia a Lotina

Aplicar a un equipo ambicioso y librepensador como era el Celta la mentalidad de un modesto comienza a resultar un juego demasiado peligroso para Miguel ?ngel Lotina, al que Bala¨ªdos despidi¨® ayer con la primera sublevaci¨®n de la grada de la temporada. El entrenador celeste ha puesto todo su empe?o en alumbrar un grupo "equilibrado", seg¨²n su propia terminolog¨ªa, lo que se materializa en una despiadada preocupaci¨®n defensiva y en la carencia del m¨¢s m¨ªnimo plan de ataque. Desde su caverna, el Sevilla no se estir¨® m¨¢s de cuatro veces, lo que result¨® suficiente para llevarse el partido e incendiar Bala¨ªdos, que despidi¨® con pa?uelos a su t¨¦cnico.

El gol del Sevilla fue una met¨¢fora del ininteligible f¨²tbol celeste. Mostovoi no llevaba m¨¢s de 20 minutos en el campo, pero para evitar que su ingreso desequilibrase al equipo, que a¨²n no hab¨ªa disparado a puerta, Lotina le incrust¨® por delante de la defensa, con rango de medio centro defensivo, a millas de su espacio natural en los aleda?os del ¨¢rea rival. Por eso result¨® un delirio verle llegar a su ¨¢rea peque?a, metido ya en el papel de central, acompa?ando la carrera de Casquero. El resto qued¨® para un mal rechace de Berizzo y el disparo del centrocampista del Sevilla, cuyo tanto enerv¨® definitivamente los ¨¢nimos de la hinchada.

Con un f¨²tbol tan artificial como el del Celta, pero con la coartada del que juega fuera, el Sevilla nada hizo por elevar el tono de un partido que deriv¨® en tost¨®n. Javi Navarro y Alfaro nunca se separaron m¨¢s de 15 metros, los laterales no subieron y s¨®lo Reyes, Torrado y Gallardo se aventuraron a ver qu¨¦ tiempo hac¨ªa en el campo del Celta. Pero el Celta es un muermo con el bal¨®n o sin ¨¦l. En casa, algunos ni se lo discuten, lo que se convierte en un engorro para el equipo, en la obligaci¨®n de demostrar que dispone de un plan. Pero la verdad es que no lo tiene.

Si acaso, el plan del Celta consiste en buscar los centros de Gustavo, siempre que su entrenador no le obligue a recortarse a s¨ª mismo en la banda derecha. Sin salir de la izquierda, ayer tortur¨® a Redondo, pero fue lo ¨²nico que tuvo el Celta. Antes el Celta entraba a sacudidas por cualquier rinc¨®n del ¨¢rea; ahora, el tiro lejano y los balones colgados son su ¨²nica religi¨®n.

Los problemas de Lotina con la grada se multiplicaron cuando tuvo que mover el banquillo y pretendi¨® echar mano de Jos¨¦ Ignacio, su proyecci¨®n en el campo. La grada la tom¨® abiertamente con su entrenador, que se arrug¨® y se escondi¨® con el futbolista en la caseta. Desde ella asisti¨® sin reaccionar al gol del Sevilla y a la verbena de los minutos finales, la viva imagen de un grupo en proceso de descomposici¨®n.