Por una universidad p¨²blica laica

La militancia religiosa de diferentes "familias" de nuestra sociedad llega a extremos inaceptables para todos aquellos que queremos que se haga efectivo el Estado laico.

La Universidad Complutense de Madrid convoca todos los a?os, con motivo de la festividad de santo Tom¨¢s de Aquino, a los licenciados y licenciadas que obtuvieron el t¨ªtulo de doctor/a en el curso anterior. El pasado d¨ªa 28 de enero me toc¨® ser testigo y participar, con perplejidad, en esta celebraci¨®n, un ejemplo m¨¢s de lo poco que cuidamos el laicis-

mo del Estado y de sus universidades p¨²blicas. Pues bien, en dicho acto, cuando lleg¨® el momento de proceder a la investidura de doctores y doctoras, y despu¨¦s de que el rector impusiera el birrete, cada participante tuvo que acercarse a jurar o prometer sobre el libro de los evangelios frente a un crucifijo de un tama?o considerable. No hubo otra opci¨®n; quedando as¨ª excluidos los que profesasen otra religi¨®n, agn¨®sticos y ateos.

Tampoco fue casualidad que la semana anterior nos llegara a todos aquellos que ¨ªbamos a ser investidos una carta del arzobispado de Madrid, a la que supongo que dicha universidad cedi¨® nuestros datos personales, invit¨¢ndonos a la celebraci¨®n eucar¨ªstica que se celebrar¨ªa ese mismo d¨ªa antes del acto acad¨¦mico.

Quiz¨¢s s¨®lo es un ejemplo m¨¢s de lo poco que cuidamos entre todos los s¨ªmbolos que nos identifican; o mejor a¨²n, lo mucho que los cuidan aquellos que llevan su militancia cat¨®lica al l¨ªmite: a imponer a los otros sus creencias personales.